Luciana Escobar: “Mi hermano no se tiró al río, lo desaparecieron”
Pasaron dos semanas de la última vez que se lo vio a Gerardo Escobar con vida: un video que lo muestra saliendo del boliche La Tienda es la última prueba de vida. Una semana después de haber sido reportado como desaparecido su cuerpo apareció flotando en el río. La falta de certezas sobre qué ocurrió luego del video, que derivó en la muerte del joven empleado municipal, desconcierta a su hermana. “La Fiscalía no me da nada, me muestran ese video y luego aparece en el río”, se angustió Luciana Escobar en la puerta de Tribunales, minutos después que la Defensoría Pública decidiera solicitar que la causa se caratule como desaparición forzosa de persona y pase al fuero federal.
Este jueves se convocó a una conferencia de prensa en la puerta del edifico de Balcarce y Pellegrini que se resolvió de manera improvisada en las escalinatas. Era la primera vez que Luciana se enfrentaba a tantas cámaras: se la notaba ansiosa, a la vez consternada y aturdida. Alberto Perassi sabe cómo se siente no tener experiencia en medios, tener que hablar con desconocidos sobre cosas que duelen, sobre conjeturas y pocas certezas. Conoce la incertidumbre que recién ella comienza a transitar. Por eso la abraza, le susurra alguna frase de ánimo al oído y se aleja sólo unos metros para escuchar. Perassi tiene un chaleco antibalas, una muestra de lo turbia y compleja que es la causa que busca el paradero de su hija Paula, desaparecida hace casi cuatro años en San Lorenzo. A diferencia de la familia de Escobar, él no tiene un cuerpo sobre el cual llorar.
Pero la misma confusión y desplantes parecen envolver la causa de Pichón: el testimonio inverosímil de un colectivero, el recorrido de un taxista, un tal Tony que estuvo esa noche con él, unas fichas jugadas en el casino, las señales cruzadas del celular, y hasta una comisaría en el medio, como en el caso Casco.
En concreto, hasta ahora pasaron varios testigos por la fiscalía y el municipio clausuró La Tienda, el after donde fue visto por última vez. Mientras la fiscal Marisol Fabbro, a cargo de la causa, está intentando determinar si fue un homicidio, Luciana en cambio lo aseguró: “Me lo llevaron, me lo mataron y me lo tiraron al río”.
Los días le resultan lentos, no pasan más. Las novedades del caso también: “Va muy lenta la fiscalía. No estamos conformes. Nos tienen dando vueltas con los videos pero no nos muestran el video de lo que pasó en la esquina”, fue su queja.
Cuando se agotaron las preguntas de los cronistas, la joven no se detuvo: “Esto no es joda. Se llevaron la vida de mi hermano porque, por lo visto, no valemos nada”.