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El conocido mensaje de Disney de educar a las niñas como princesas, y enseñarles a estar divinas para enamorar a su príncipe azul redobló la apuesta, ya que al terminar cada historia, en Aladdín, La Sirenita, La Bella Durmiente ó La Bella y la Bestia, viven felices para siempre.

El artista Isaiah Stephens interpretó lo que vendría después de cada historia según la lógica de Disney: la familia. E imaginó ilustraciones ideales, con los mismos trazos y colores, de cómo las bellas princesas quedan embarazadas (junto a sus novios príncipes, obvio), y tienen situaciones cotidianas con sus bebés.

Las ilustraciones muestran a Bella, Elsa, Tiana y el resto de la pandilla, embarazadas o como madres dando el pecho, pariendo o cambiando pañales."Quería destacar algunas de las escenas por las que pasan los padres de bebés", contó Stephens a Hufftington Post.

Aunque el diseñador no tiene hijos, espera tenerlos algún día, y explicó sobre esta apuesta: "Todos éstos los hice con amor y admiración por todas las figuras maternas que he tenido a lo largo de mi vida. Me gusta saber que mis obras pueden poner una sonrisa en la cara de alguien".