La selección Sub-20 se vuelve a casa temprano
El seleccionado argentino empató sin goles contra Austria y quedó eliminado tempranamente del Mundial Sub 20 de Nueva Zelanda. Al no ganar ni un partido en el certamen del Grupo B, el seleccionado nacional quedó a expensas de una compleja combinación de resultados hasta último momento pero finalmente no se dio.
Con el empate en cero, el equipo dirigido por Humberto Grondona sólo podría avanzar a la fase final como uno de los cuatro mejores terceros y para ello necesitaba que empaten Birmania-Nueva Zelanda y también Senegal-Qatar, que se medirán esta noche a partir de las 22, pero el primer partido truncó el resultado y las esperanzas se fueron.
Argentina no ganó ninguno de sus tres compromisos de la primera ronda (Panamá 2-2 y Ghana 2-3, los restantes) y quedó tercera en la zona con dos unidades, por debajo de los africanos (7), que se clasificaron primeros tras vencer por 1-0 a los centroamericanos, y también de los austríacos (5), segundos.
Antes del minuto de juego en Wellington, Austria tuvo dos aproximaciones al gol con un tiro de media distancia que Augusto Batalla desvió al córner y una salvada de Tiago Casasola en la boca del arco, luego de ejecutado ese tiro de esquina.
La situación más peligrosa estuvo dos veces en los pies de "Gio" cuando transcurría el tiempo agregado de la parte inicial. El arquero austríaco lo frustró en primera instancia con otra intervención espectacular y el rebote fue desperdiciado por el delantero con una definición errática, que pasó cerca del palo derecho.
Los chicos "albicelestes" hacían todo bien hasta la zona de definición, en la que las oportunidades se esfumaban por malas decisiones o buenas atajadas de Casali.
No hubo centro ni remate de media distancia certero para lastimar a los europeos, abrazados al 0-0 de forma explícita y sin rubores. A medida que avanzaba el reloj, la desesperación del equipo argentino se tornaba más evidente, al punto tal de terminar con sus defensores dentro del área rival, como último recurso para evitar la frustración de un resultado que lo dejó al borde de la eliminación.