El partido de este jueves entre las selecciones de Irán y Camboya en el estadio Azadi de Teherán, clasificatorio para el Mundial de Catar 2022, contará por primera vez en cuatro décadas con una presencia femenina numerosa, aunque no tanto como se esperaba y separada de los hombres.

Aunque en un par de encuentros internacionales el año pasado se permitió la entrada de mujeres al estadio Azadi, esta asistencia fue solo de varios centenares y por invitación.

La principal diferencia en esta ocasión, además de la cantidad de público femenino, es que las autoridades iraníes han permitido la venta de entradas a las mujeres, debido sobre todo a la insistencia de la FIFA.

Su presidente, Gianni Infantino, aseguró hace ya dos semanas que las mujeres iban a acudir a este partido de la fase de clasificación del Mundial 2022 y señaló que la estrategia de la FIFA es "presionar desde el respeto, pero con fuerza".

Desde Irán, el Gobierno confirmó que para ese partido no se iba a seleccionar a las mujeres asistentes sino que se iban a vender entradas, un hito desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.

Sin embargo, las entradas se pusieron a la venta la semana pasada pero en un número reducido y se agotaron en menos de una hora.

El portal de ventas pin90.ir dedicó primero un sector del estadio, en color violeta, a las mujeres. Tras el interés mostrado, abrió otros tres sectores, que también quedaron ocupados al poco tiempo.

En total, 3.500 entradas en un estadio con capacidad para 78 mil espectadores. Se espera que al final sean un millar más, pero no lo suficiente para las organizaciones de derechos humanos.

Human Rights Watch (HRW) pidió a la FIFA que no permita que Irán limite el cupo de las mujeres y consideró la cuota de 4.600 espectadoras "discriminatoria, engañosa y peligrosa".
Esta cuota fue también criticada en las redes sociales y surgió en Twitter una campaña con la etiqueta en farsi #ven conmigo al estadio.

(EFE)