Will & Grace vuelve 12 años después con equipo completo
“Will & Grace”, multipremiada sitcom sobre un abogado gay y su amiga diseñadora de interiores viviendo juntos en un departamento de Nueva York, regresará después de más de una década fuera del aire el miércoles próximo a las 22, por Fox, con la misma fórmula que la convirtió en una de las comedias más populares de la TV estadounidense.
Con 16 episodios de media hora que se emitirán de a dos por miércoles, la comedia volverá a contar con sus cuatro figuras principales: Eric McCormack y Debra Messing como los amigos Will y Grace, Sean Hayes en el rol del eléctrico vecino de Will, Jack, y Megan Mullaly como la millonaria y por momentos despreciable Karen.
Sólo Shelley Morrison, quien interpretaba a la sufrida Rosario, sirvienta de Karen, rechazó la oferta para reencarnar su papel y prefirió mantenerse alejada de la actuación, de la que se retiró hace algunos años.
“Will & Grace” se había despedido del aire en mayo de 2006, tras ocho temporadas, 16 premios Emmy de la Academia de Televisión estadounidense y luego de dejar una marca indeleble en la cultura de la pequeña pantalla, con el honor de ser la primera ficción de una cadena de aire en presentar protagonistas abiertamente gays.
Muy popular especialmente, pero no de forma exclusiva, entre los miembros de la comunidad LGBT, “Will & Grace” contribuyó a derribar estereotipos y abrió las puertas a una serie de programas con personajes o temáticas homosexuales como “Queer as folk”, “Six Feet Under” o “The L Word”, entre muchas otras.
La novena temporada de la serie comenzó a tomar forma casi por casualidad, en septiembre de 2016, cuando el elenco protagónico, con un cameo de Morrison, filmó un especial de 10 minutos directo para la web de la cadena NBC con la intención de persuadir a los estadounidenses a votar en las elecciones presidenciales, que enfrentaban a Hillary Clinton y a Donald Trump.
El corto, en el que tanto Will como Grace buscaban convencer a Jack de que votara por Clinton en contra de los deseos de Karen -adinerada y republicana como Trump-, tuvo tanto éxito que la cadena y los productores ejecutivos históricos de la serie, Max Mutchnick y David Kohan, notaron que su dinámica aún tenía actualidad y comenzaron a plantearse seriamente un regreso.
La historia de los cuatro amigos estaba ahí indemne, sin ajarse a pesar de la mediana edad que transitaban: sus aventuras sexuales y amorosas en una Manhattan cosmopolita, sus inteligentes chistes de contenido político y social y los guiños mordaces sobre los lugares comunes con los que se representa a los gays seguían funcionando.
La duda de cómo sería recibida en un escenario televisivo totalmente diferente en el que la sitcom ya no es el formato rey y en el que el público se ha dispersado por las plataformas de streaming y los canales premium, se despejó rápidamente, ya que en su vuelta en septiembre pasado en Estados Unidos consiguió buenos ratings -aunque lejos de los de hace 12 años- y ya fue renovada para una décima y una undécima temporadas.
Una de las claves de su vuelta a la TV tiene que ver, justamente, con el fin de la administración demócrata de Barack Obama y la llegada de Donald Trump, porque la serie siempre produjo identificación con esa porción de la población norteamericana urbana y (autopercibida como) progresista a la que el conservadurismo del magnate le produce escozor.
La química entre los personajes se mantiene intacta, con el ritmo y el “punch” del remate de los chistes o el histrionismo de Jack y Karen como si nunca hubieran dejado el aire; a lo cual se suma el factor nostálgico, tan explotado por el formato serie actual.
Es que toda la temporada está constituida como un gran “qué-fue-de-la-vida-de” y por ello se sucederán personajes y caras hiperconocidas que poblaron la serie desde hace casi 20 años.
Bobby Cannavale (quien interpretaba a Vince, gran amor de Will, y que ahora es una estrella de Hollywood convocado por directores de la talla de Woody Allen o Martin Scorsese); Alec Baldwin, Harry Connick Jr., Minnie Driver, Molly Shannon y muchas otras viejas caras conocidas harán sus apariciones para dar cuerpo al efecto de que “Will & Grace” retoma su historia justo donde lo dejó en 2006.
También habrá tiempo para recordar a Debbie Reynolds, leyenda hollywoodense y madre de Carrie Fisher que interpretaba el rol de Boobi, la madre de Grace, fallecida en diciembre de 2016.
(Télam)