El subsecretario de Agricultura Familiar de la cartera de Producción de la provincia, Pablo Zancada, renunció a su cargo. La caída del funcionario, ex senador provincial por el departamento General Obligado, se debió a la investigación iniciada en la Justicia por los presuntos delitos de defraudación contra el Estado provincial, peculado y malversación de caudales públicos.

Zancada comunicó públicamente su decisión de dar un paso al costado en su función, y aseguró que espera la imputación que recaerá sobre él en unos 10 o 15 días, según explicó el propio fiscal penal que investiga el caso, Aldo Gerosa de la ciudad de Reconquista.

El fiscal acusó al funcionario de haber comprado un camión Unimog por un precio mayor al de mercado, con una factura trucha y a través de un subsidio que en su origen debería haber sido destinado a integrantes de la comunidad aborigen de Los Laureles, en el norte santafesino, usando su personería jurídica.

El subsidio de casi 480 mil pesos había sido otorgado por el gobierno provincial a la comunidad Colashi, por gestión de Zancada, aunque el camión según consignó el fiscal, no supera el valor de 100.000 pesos.

Junto al ahora ex funcionario de la cartera de Agricultura Familiar se encuentra acusado el contador Roberto Fumo, interventor de una cooperadora de la estancia provincial Las Gamas, la cual es dirigida por Zancada. Dicha estancia fue allanada en el marco de esta causa.

Zancada alegó acerca de la compra del camión que “el dinero vino a la comunidad aborigen porque se necesitaba con urgencia sacar gente de la Cuña Boscosa y por el régimen de compra de la provincia no se podía comprar de manera directa. Entonces utilizamos esta organización de manera consensuada con el Concejo de ese momento de la comunidad para hacer la compra”.

"El subsidio vino de la Provincia y se hizo tal cual estaba previsto", aseguró en su defensa, y puntualizó que “se compró el camión, se le realizaron modificaciones que hacían falta y se utilizó para abastecer y socorrer a los vecinos de la cuña que quedaron en las inundaciones a la buena de Dios”.

Consultado por la factura trucha con la que se intentó rendir el subsidio, el socialista adujo no haberse enterado en aquel momento, pero reconoció que faltó completar documentación respaldatoria: “Puede que no hayamos sido precavidos en este tema de los papeles, pero el camión estuvo siempre donde tenía que estar, prestando un servicio solidario que era la única manera llegar a gente que estaba abandonada”, argumentó.