Lo que el aeropuerto me dejó
Hace unos días, el 2 de agosto pasado, viví un episodio un tanto raro en el Aeropuerto de la ciudad de Rosario. El hecho es conocido, ero como el público se renueva, al decir de la veterana conductora, relato en pocas palabras lo sucedido.
A punto de subir al avión para asistir a la Feria Internacional del libro la ciudad de Comodoro Rivadavia, me llamaron por altoparlante para que saliera de pre embarque y volviera al mostrador principal por posible material peligroso en mi equipaje. Allí, un policía me pide requisarlo por llevar, a su entender, bibliografía dudosa. Ante mi sorpresa, me pidió que abriera la valija porque llevaba “poca ropa y muchos libros”, al decir de sus palabras. Revisó detalladamente cada artículo que llevaba y le expliqué que la cantidad de prendas correspondía por ausentarme de mi hogar sólo por 30 hs y los ejemplares eran para regalar a bibliotecas de la ciudad. Sin mucho más intercambio, luego pude partir a dar mi conferencia.
No caben dudas que los controles son necesarios, especialmente en un aeropuerto, a fin de prevenir situaciones indeseadas o tráfico de material prohibido. Quizás si la autoridad policial hubiera tenido más experiencia, se podría haber evitado un mal momento.
Una nueva agenda para la educación
Lo bueno de la mala experiencia es que, en las más de las treinta notas de radio y TV que me hicieron para dialogar del episodio, hablamos de educación, de los problemas propios del área y de los posibles abordajes para afrontarlos.
La institución escuela, tal como la conocemos hoy, se masificó en el siglo XIX y se organizó con un formato de tiempos y espacios que respondían a las necesidades de la época. Si nos remitimos a nuestro país, Sarmiento promovió una Ley de educación común, la Ley 1420, a fin de homogeneizar un país vasto y diverso.
Sin embargo, hoy por hoy, los objetivos de esa escuela del 1800 quedaron vetustos en una sociedad que ha cambiado notablemente en los últimos cien años y, por ende, su formato debe ser reformulado para romper con la fragmentación y atomización de los saberes que conforman sus disciplinas.
Los periodistas, atentos a las problemáticas actuales que envuelve a la institución escolar, preguntaban cómo saltar esos obstáculos e instaban a que planteara algunas ideas superadoras. Algunos dispusieron hasta más de media hora apasionados por el tema.
Asimismo, posicionándose como exalumnos, ellos cuestionaban algunas enseñanzas y aprendizajes que siguen vigentes hoy en el marco de un mundo mucho más complejo e incierto. ¿Cómo enseñar mejor a los chicos y jóvenes actuales que no se pueden encasillar en ese formato estanco?, preguntaban preocupadamente.
Silvina Gvirtz, autora del prólogo de mi libro Escuelas reales en tiempos digitales, señala en el escrito que la integración de las tecnologías en el aula representan una gran oportunidad por su potencialidad para contribuir a la mejora escolar, pero la transformación no es automática; el uso de los dispositivos tecnológicos en el aula deben estar acompañados de un trabajo de gestión muy importantes que incluya la capacitación docente. Según la especialista, las escuelas necesitan metodologías, contenidos, modelos de organización diferentes con propuestas pedagógicas sólidas y bien planificadas.
Necesitamos cambios en la estructura escolar, repetían casi al unísono periodistas de La Plata, Caleta Olivia, Reconquista; ciudad de Buenos Aires, Villaguay, Comodoro Rivadavia, Rosario, entre otros.
Si bien la noticia se viralizó más de lo que hubiese deseado, nunca está de más que toda la población hable de la educación, que los medios pongan en su agenda una problemática que nos atraviesa a todos.
Quizás la temática educativa no venda como un nuevo romance de personajes famosos, pero no queda dudas que nos involucra a todos y cada uno en los distintos roles que ocupamos; como padres, tíos, abuelos, docentes o funcionarios.
Las infancias y las juventudes son, o deberían ser, nuestro gran foco de atención, con sus subjetividades y sus contextos a fin de interpelar algunas representaciones sociales y de mejorar la sociedad.