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Flexibilidad. Esa palabra se leerá y escuchará mucho mientras Jorge Sampaoli sea el entrenador de la Selección Argentina. Y algo ya explicó Marcelo Bielsa hace poco, cuando le tiró algunas flores al casildense. “Yo no cedo en mis ideas y eso no es una virtud, es un defecto. Sampaoli sí cede porque tiene un poder de adaptación que yo no tengo”, dijo el Loco. Y en la primera lista de quien pronto será oficializado como DT de la Albiceleste aparecieron jugadores para hacer de todo táctica y estratégicamente.

Hay novedades para todos los gustos e incluyen algunos apellidos que hasta se le pueden escapar al futbolero promedio. Si bien está Mauro Icardi, el más pedido, también aparecieron otros que ni siquiera eran parte del debate en la mesa de bar.

El rosarino capitán del Inter no necesita presentación. Hace rato que la rompe en Italia, despierta el interés de otros poderosos europeos y cada vez que anduvo cerca de un micrófono se atrevió a pedir su segunda oportunidad con Argentina. Bauza se quedó con las ganas de llamarlo y Sampaoli lo hizo antes de asumir. Su función en el equipo, en caso de que juegue, está clara: será centrodelantero, como en toda su carrera. 

Una lista de convocados no puede analizarse sin tener en cuenta qué sistema utilizará el nuevo seleccionador. Y más allá de las especulaciones basadas en el gusto de Sampaoli y en lo que supo hacer en Sevilla y Chile, nada es totalmente seguro. Es que el “zurdo” supo mutar su dibujo según las circunstancias, algo que parece también ensayará con Argentina. 

El nuevo DT parece estar dispuesto a llevar adelante la reclamada renovación. El tapado sin dudas es Guido Rodríguez. Nadie esperaba que el volante central del Tijuana apareciera en la lista, pero su presencia puede explicarse. Formado en River, se banca ser el único mediocampista de corte defensivo y desde hace rato juega en equipos verticales. Además, tanto en México como en Defensa y Justicia conoció el 5-3-2 y el 3-5-2 que Sampaoli puede utilizar en determinadas circunstancias y, por si fuera poco, está en un gran momento tanto que pronto será transferido al América.  

Entre los ingredientes de la nueva Selección Argentina también están Leandro Paredes (Roma), Alejandro “Papu” Gómez (Atalanta) y Joaquín Correa (Sevilla). Son tres volantes que pueden moverse en distintos sectores del campo y adaptables a varios esquemas.

El ex Boca, quien siendo muy joven fue señalado como uno de los herederos naturales de Riquelme, ya no se parece a Román. Sus años en Italia lo convirtieron en un mediocampista completo, con disciplina para ocupar los espacios y dar una mano en la recuperación. Eso sí. Conserva su pegada y todavía puede lastimar desde media y larga distancia.

Gómez, ex San Lorenzo y Arsenal, llega con casi 100 partidos en el lomo con la camiseta del Atalanta, donde usa la 10 y es capitán. Picante por afuera, también puede hacerlo por dentro y que se encuentre en el mejor momento de su carrera también le habrá jugado a favor para hacerse un hueco entre los convocados.

A Correa Sampaoli lo conoce bien y eso suele ser una ventaja. Así como alguna vez Martino le abrió la puerta a Guzmán, o como Bauza lo hizo con Pratto y Buffarini, el ex Estudiantes de La Plata llega de la mano del entrenador, con quien hasta este fin de semana pasó sus días en Sevilla. Mediocampista externo, preferentemente por izquierda, parece ser el señalado para competir con Di María, aunque por la ya mencionada flexibilidad también puede que ambos compartan el campo de juego. Tiene 22 años y en el Pincha fue un "mimado" de Verón, quien siempre elogió sus condiciones.

Entre los defensores la novedad es el todavía joven Emanuel Mammana, quien con apenas 21 años juega para el Lyon de Francia. En lo que va del año, algunas lesiones le impidieron disfrutar de la continuidad deseada pero igualmente sus condiciones son bien conocidas. Rápido, con capacidad de adaptarse a ser lateral o central, cuenta con características suficientes para ser parte de una línea de fondo que con Sampaoli jugará a 40 metros del arco propio cada vez que sea posible.

Es un nuevo comienzo, un giro de 180 grados. En poco y nada se parecen Sampaoli y Bauza, pero de nada sirve comparar ahora. Quienes reclamaban caras nuevas ya no podrán quejarse y ya solamente quedará esperar un poco más, poner a andar el carro para que los melones se acomoden y sellar, ojalá que pronto, la clasificación al Mundial de Rusia.