Un contrato democrático
La semana que en Rosario terminó con la condena a cadena perpetua para diez represores del destacamento 121, ilustra claramente la necesidad de lucha y vigilancia permanente por la vigencia de los derechos humanos en la Argentina. De esos represores acusados en esta instancia de privación ilegítima de libertad, torturas, asesinatos y desapariciones; un grupo se había entusiasmado unos días antes con el fallo de la Corte Suprema que habilitó la conmutación de penas –el 2x1- para criminales de lesa humanidad. “Yo le vi las caras, estaban desafiantes y sobradores tras el fallo. Lo consideraron como una victoria”, dijo la abogada de HIjos y querellante en estas causas, Nadia Schujman a Sí 98.9.
Las ejemplares condenas recayeron sobre los militares retirados y ex agentes civiles de inteligencia (PCI), que operaron en el circuito represivo que comprendía los centros clandestinos de detención, torturas y exterminio conocidos como Quinta de Funes, Escuela Magnasco, La Calamita y La Intermedia, en la órbita del Destacamento de Inteligencia 121 del Ejército en Rosario. Los militares retirados Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Alberto Pelliza, Jorge Fariña y Marino Héctor González, que integraron el Destacamento de Inteligencia 121, fueron condenados a prisión perpetua por los delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio.La misma condena recibieron los ex agentes civiles de inteligencia (PCI) de ese destacamento Eduardo Costanzo, Walter Pagano, Ariel López, Juan Andrés Cabrera y Rodolfo Daniel Isach.
En este caso se trató de crímenes contra 47 víctimas, de las cuales 24 se encuentran desaparecidas. Es la causa llamada Guerrieri III, de la cual ya se abrieron las audiencias para una cuarta etapa con nuevas víctimas. Los abogados querellantes aún no saben si habrá una quinta etapa y también advirtieron que se iniciará una tercera parte de la megacausa denominada Feced III.
Todo ese camino que queda por recorrer en los juicios por terrorismo de Estado, sólo en Rosario y zona, hizo que la doctora Schujman llamara a “no dormirse en los laureles, a estar alertas porque ya vimos cómo intentaron cerrar el pasado desde el Gobierno nacional”, en referencia al fallo del 2x1. Sólo la gente en las calles y el denodado trabajo de fiscales y abogados que entienden en estas causas, mantiene viva la posibilidad de que el reclamo de memoria, verdad y justicia sea el único instrumento válido para procesar un pasado tan violento y pensar en futuro esperanzador.