Pablo Juárez y Quique Sinesi conjugan sonoridades de una amistad nacida en Japón
El pianista rosarino compartirá un concierto con el reconocido guitarrista. Una historia emergida en una gira en Japón en 2019 que hoy se hace carne y verdad con un encuentro musical que tuvo su estreno en Buenos Aires y se repetirá este viernes en Rosario. Jazz y sonidos de la tierra en un mismo escenario.
Al llegar a Japón Pablo Juárez no podía creer el fenómeno que generaban sus discos en el país oriental, el amor por su música estaba a la vista. El creador de este fenómeno fue un entusiasta productor japonés que sólo tiene cinco discos editados, pero que opera junto a otros productores japoneses que se ayudan entre sí, y organizaron un circuito de músicos contemporáneos argentinos, donde también se integraron Aca Seca, Quique Sinesi y Carlos Aguirre y artista local viajó de gira en 2019 para ir tejiendo redes con otros músicos latinoamericanos.
Allí es donde nace esa conexión con el guitarrista, compositor y arreglador Quique Sinesi, un virtuosos que combina la música clásica y la música del mundo, la improvisación y el jazz en un estilo muy personal. Sus instrumentos preferidos son la guitarra española de siete cuerdas y el charango. Que tuvo su capítulo reciente en Buenos Aires y llegará este viernes en función doble a la ciudad de Rosario. Los conciertos serán en el club de jazz Paraphernalia Jazz (Rioja 1070), el primero a las 20.30 y el segundo a las 22.30.
En esta ocasión tocarán músicas de sus repertorios y nuevas composiciones, en búsquedas de constante movimiento utilizan elementos y sonoridades del folklore, el jazz, la música Sudamericana, clásica y contemporánea.
“La experiencia que tuve allí fue maravillosa. Había vendido muchos discos de Sumergido en Japón, donde también se conoció Dos Cauces (2015), mi segundo disco, que hice con Julián Venegas. Eso hizo que uno de los productores del que sería el tercer disco (Dawn of the Birds) se viniera para Rosario. Japón es otro mundo, me encantó, la gente es muy receptiva y abierta espiritualmente. Está abierta a dejarse conmover por nuevas propuestas y eso me pareció muy loco. A ellos algo nuevo o que no se ha visto todavía, los asombra. Me sentí increíblemente conectado, incluso con mi propia música, al verlos a ellos emocionados en cada tema. ¡Conocían mi música! Cuando terminás de dar el concierto, se arma una fila para que vos firmes el disco, y muchos fueron con mi disco Sumergido. Nunca me sentí artísticamente tan contemplado, fue muy cálido, es una experiencia que quiero volver a hacer pronto”, explica el pianista sobre su relación con el país nipón.