Últimos días de la muestra "Revolucionistas, rebeliones y feminismos"
El Centro Cultural Roberto Fontanarrosa lleva durante todo el mes de la mujer el nombre de la escritora rosarina Angélica Gorodischer, como primer señalamiento de un presente de saberes y experiencias en el marco de la muestra “Revolucionistas. Rebeliones y Feminismos” que se puede visitar de forma libre y gratuita todos los días de 10 a 20, hasta el 31 en peatonal San Martín 1080, esquina San Juan.
Los ríos que alimentaron la marea actual, en una experiencia que no es para mirar, sino para vivirla. Una particular exposición que recupera el carácter revolucionario de la lucha feminista. Una muestra anfibia, donde se podrán ver instalaciones, fotos, obras de arte y documentos históricos que cuentan la participación de las mujeres y las identidades disidentes en las luchas populares a lo largo de la historia de la ciudad.
La propuesta estética y política que recupera una mirada feminista de la historia de Rosario fue ideada por el Centro de Estudios Latinoamericanos Ernesto Che Guevara (CELChe), con curaduría de Sonia Tessa, Lilian Alba, Joaquina Parma Leiva y Romina Garrido.
“Revolucionistas quiere rendir homenaje a la escritura de las mujeres que han debido batallar durante siglos para tener el cuarto propio que les permita tomar su palabra. Elegimos a Angélica Gorodischer porque sus letras nos iluminan”, explica Pamela Gerosa, desde la coordinación del CELChe.
En un texto escrito especialmente para la muestra, Gorodischer, afirma: “Fuimos humanos porque pasamos del aullido a la sílaba; lo fuimos porque bebimos de esa fuente tan frágil y tan enormemente poderosa que fue, que es, la palabra. Tentadora ocasión para reflexionar ¿cuál fue la primera? Y ¿quién la dijo? ¿Un peludo ancestro que alentó “vamos muchachos, a conquistar a los de la cueva de al lado!”? ¿O una mujer que advirtió “cuidado m´hijito con esa piedra”?”
Revolucionistas intenta abrir -o profundizar- debates, indagar en los nuevos modos de construir desde la diversidad y tramar esta nueva revolución “para que el nosotres sea un universo posible”.
La muestra está centrada en los movimientos sociales, en cómo las mujeres marcaron el ritmo a través de los años para llegar a este momento histórico. Sonia Tessa, periodista, comunicadora, activista, militante por la defensa de los derechos de las mujeres y en este caso, curadora de Revolucionistas destacó: “Como se dice en alguno de los textos, aquellos ríos y en algunos casos arroyos, que alimentaron lo que hoy se ha convertido en una gran marea y hasta en un tsunami”.
El conjunto de las intervenciones responde al cómo hacer en un paso a la acción documentado a través de fotos, recortes de diarios, documentos históricos, y hasta algunas obras de arte. “Reunimos aquellas acciones que se han hecho desde la sociedad para interpelar a los poderes establecidos, que en muchos casos han tenido eco desde el Estado, pero que en otros casos han sido desde los movimientos sociales”, agrega Sonia mientras puntualiza que el objetivo de esta apuesta es rescatar historias que hayan sido contadas o no, se ponen en el contexto de un devenir histórico subrayando las historias colectivas por sobre los nombres propios.
Espacios-tiempos de la muestra
En la primera sala, al ingresar al Centro Cultural Angélica Gorodischer, se presenta un diálogo entre pañuelos verdes y blancos, que pone el foco en lo masivo, en las multitudes que hacen que un momento pase a ser histórico. Un dispositivo de imágenes translúcidas cobra fuerza cuando el cuerpo del visitante entra en juego. La marea verde es el territorio común al que abonan estos testimonios gráficos para que crezca algo nuevo.
En la segunda sala se disponen contenidos audiovisuales que tienen a las micro-resistencias como protagonistas. Ex presas políticas y mujeres feministas agrupadas en el colectivo Unidas, inician el debate sobre los temas que en distintos momentos históricos estuvieron al margen de toda agenda. En diálogo con este espacio, se levanta un gran mural de resistencias a las políticas neoliberales de los años´90 y las actuales.
El último salón que toma la muestra es el que refiere a las intersecciones. Lejos de plantear un cierre, está pensado para generar preguntas, evidenciar las ausencias, lo no dicho, los espacios vacíos, el no registro. Los anarquismos, el Rosariazo, la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y los Encuentros Nacionales de Mujeres son algunos de los hitos del Siglo XX que confluyen en el movimiento feminista hasta llegar a los días de manifestaciones a favor de la legalización del aborto frente al Congreso de la Nación.