El riesgo de una aglomeración de personas que se torne incontrolable obligó a despedir al ex gobernador Miguel Lifschitz sin un funeral convencional como hubiera debido ser. Lo mismo ocurrió el año pasado con dos predecesores suyos y compañeros de militancia en su momento, como Hermes Binner y Héctor Cavallero.

Por lo tanto, la escena se trasladó al jardín de la Biblioteca Argentina, en pasaje Álvarez 1550. Desde la noche del domingo y durante la madrugada, ese lugar concentró las muestras de consternación y dolor por la partida del dos veces intendente rosarino, víctima irrecuperable del coronavirus. Así lo dispuso el entorno de Lifschitz, para aplicar un protocolo de cuidado sanitario en esta situación.

Por allí desfilaron figuras del socialismo, del Frente Progresista, de la política en general, pero también numerosas personas sin militancia pero con el reconocimiento suficiente para despedir al dirigente que deja una huella en la vida pública, de la ciudad y de la provincia, y saludar a la esposa del presidente de la Cámara de Diputados, Clara García. 

La ex intendenta Mónica Fein, y otras personalidades del partido de Lifschitz como Raúl Lamberto, José Garibay, Enrique Estévez y Joaquín Blanco. También desde el radicalismo, Maximiliano Pullaro, Juan Cruz Cándido, María Eugenia Schmuck, Franco Bartolacci, y más.

La despedida a Lifschitz se concentró en la Biblioteca Argentina
La despedida a Lifschitz se concentró en la Biblioteca Argentina
La despedida a Lifschitz se concentró en la Biblioteca Argentina
La despedida a Lifschitz se concentró en la Biblioteca Argentina