POR FELICIANO RAMOS (*)

En el ardiente mes de enero cuando se hace hasta peligroso salir bajo el agobiante febo, el país salió a la calle. Se manifestó, gritó, se pronunció, en distintos cacerolazos y marchas que concluyeron (hasta ahora) en el paro de la CGT y manifestación popular del día 24 cuando de manera contundente e inequívoca en este pueblo gritó fuerte: "¡La Patria no se vende! ¡Se defiende!", al actual gobierno y todos los demás que pretendan subastarla. 

Este grito sagrado fue acompañado y apuntalado por manifestaciones en todo el mundo a favor de nuestra patria. En Bruselas y ciudades de Francia, en Barcelona y otras ciudades de España e Italia, en fin en todas partes del  mundo el grito fue claro: ¡La Patria no se vende!

Es claro que hay gobiernos liberales de Argentina que miran a EEUU como el gran modelo a seguir, la meca del neoliberalismo. Pero llegado el momento de gobernar no lo imitan sino que convierten la nación en una subasta privada solo para poderosos grupos millonarios “elegidos” que siempre se sirvieron de “los negocios con el Estado” que en realidad son más que negocios  maniobras de saqueo al mismo Estado. 

Tal es el caso que ahora vienen por la redituable AGP (Administración General de Puertos).  Quieren quedarse con una repartición que tiene características de administración netamente estatal sobre los puertos, ya revolotean las aves de rapiña extranjeras viendo qué podrán carroñear. 

Los grupos Maersk, que ya detentan la concesión de la Terminal 4 y el otro grupo ¿competidor? TRP, que la controla el holding estatal de Emiratos Árabes, Dubai Ports World, asociado con la familia Román. Estos grupos están aliados (aunque a primera vista no lo parezca) y monopolizan el multimillonario negocio portuario argentino. 

En otro país, en EEUU, el puerto de Brunswick (Georgia) recibe subvención  estatal para nuevos muelles y mejoras de terminales, 15 millones de dólares según anunciaron  senadores estadounidenses. La subvención se financiará a través del Ministerio de Transporte de Estados Unidos. Esta inversión en Georgia  es fruto de  cooperación entre demócratas y republicanos. Esto facilitará el tráfico de embarcaciones y el flujo comercial de este importante centro económico. Además de la ley de infraestructura del presidente Joe Biden –aprobada por ambos partidos– se dispondrá de 1 billón de dólares para carreteras, puentes, puertos y tránsito ferroviario. En este país meca del liberalismo parece que el Estado no duda de subvencionar para mejorar puertos, rutas y ferrocarriles (y también incluyo la marina mercante) y lo  hacen por lo que conviene al desarrollo de su nación.  

Lástima que los gobiernos neoliberales Argentinos (que admiran a EEUU) hagan todo lo contrario. No solo no subvencionan nada sino que, como si fueran dueños del país que deben administrar por 4 años, lo venden a los extranjeros. 

Visto de este modo se ve claramente que ese neoliberalismo pregonado no es otra cosa que mega negociados multimillonarios extranjeros con socios argentinos donde se saquea el país en sus riquezas naturales y se impide el desarrollo del mismo extranjerizando las reparticiones estatales que pueden producir desarrollo y riqueza como en este caso AGP. 

No cabe ninguna duda de que en una  Argentina netamente exportadora, extranjerizar el comercio exterior (con socios nacionales) es hipotecar el desarrollo, el crecimiento y la producción de riqueza para el país. Esto está probado por largos 30 años de saqueo mediante este método. 

Argentina está sangrando por el río Paraná. En cada privatización (que en realidad es extranjerización), la  Argentina se empobrece aún más y más. Nada tienen que ver las ideas; por ejemplo el inamovible Decreto 949 de 2020 del gobierno anterior fue a pedido de la Bolsa de Comercio, de las multinacionales portuarias y la Belga Jan de Nul. No se gobierna para el país, para la población, para el pueblo, sino para grupos económicos extranjeros y sus socios locales. Así el país nunca crecerá, no generará riqueza ni se desarrollará sino se empobrecerá y con él su población,  no se piensa en lo que le conviene al país sino a los empresarios.    

Cuando el Estado está ausente en todo, no hay nada más que acracia y esta es lo que el poder económico desea para gobernar ellos con sus leyes, como en el tiempo de los señores feudales.    

Cuando, como en América del Sur, especialmente Argentina, el Estado gobierna para los grupos multinacionales de poder y sus socios locales, no gobierna para el pueblo sino en contra del pueblo, porque los intereses de las multinacionales y sus socios son inversos a los intereses del pueblo que es en definitiva los intereses de un país. Por eso ese neoliberalismo que pregonan a la hora de gobernar no es más que estar al servicio del poder económico más que de la población en general. 

El Estado presente en la educación, primaria, secundaria y universitaria al igual que en la salud con hospitales y centros asistenciales siempre es una “pérdida” o  erogación de dinero para la educación y la salud del pueblo, pero jamás se les ocurre concesionario sería una locura, pero en reparticiones meramente productivas como AGP si, y esto ocurre porque por ser productiva, estar al servicio del crecimiento y desarrollo de un país hay muchos intereses en tener AGP, justo ahora que a través de AGP el Estado se queda con la cobranza del peaje. Por eso privatizar reparticiones estatales Nacionales como AGP entre otras es vender el Estado, la nación, la patria. 

¡La Patria no se vende! ¡Se defiende!

(*) Capitán fluvial