Una encuesta realizada entre titulares de micro, pequeñas y medianas empresas de todo el país, expuso un alto nivel de incertidumbre de cara a la segunda parte del año, signada por el clima electoral.

La variación respecto del último trimestre de 2022 en relación con las expectativas muestran una baja compatible con la incertidumbre de una segunda parte del año que estará atravesada por la proximidad de las elecciones nacionales.

De todas formas, las respuestas de empresarias y empresarios Mipymes dan cuenta de la continuidad de altos niveles de actividad, creación de empleo, utilización de capacidad instalada e inversiones durante esta primera parte de 2023.

En relación al futuro poco auspicioso, se verifica una merma de los empresarios que manifiesta haber mejorado los niveles de actividad respecto del trimestre anterior (38,9% vs. 47%, compensado por 1,6% menos que manifiesta estar peor).

Por otra parte, sigue impactando en el sector el incremento de precios de los insumos difundidos, tanto de materias primas como de productos intermedios. Asimismo, continúan los problemas de abastecimiento por parte de proveedores de estos insumos, en general empresas concentradas.

Es significativo al respecto el dato de una baja de la incidencia en las dificultades para importar insumos o bienes de capital a causa de las restricciones cambiarias.

Notoriamente, esta problemática es en la actualidad la qué más preocupa al sector, lo que es compatible con la preocupación general por los altos niveles de inflación y la merma en las ventas.

Resulta preocupante la baja utilización de programas estatales de apoyo, un fenómeno que se viene acentuando en las sucesivas ediciones de este relevamiento y llama a poner el foco en las acciones gubernamentales para que la ayuda existente llegue de modo eficaz a quienes más la necesitan.

En cuanto a los desafíos para el año electoral, empresarias y empresarios consultados respondieron a una pregunta específica sobre las políticas de Estado que deben llevarse a cabo o profundizarse para posibilitar una mejora en el desempeño del sector.

El encarecimiento y falta de insumos, el acceso al crédito y la protección de la industria local son los ítems más destacados para resolver, seguidos por el fortalecimiento del mercado interno, las mejoras en la calificación y apoyo a las Mipymes, el régimen impositivo (al que se demanda mayor progresividad), la vinculación tecnológica y el apoyo a las exportaciones.

Notoriamente, estos dos últimos puntos necesitan de la resolución de las problemáticas más urgentes, como lo denota el hecho de que solo un ínfimo porcentaje de Pymes exporte.

Atendiendo a estas demandas, Apyme se encuentra realizando una campaña masiva que busca encarar los debates clave de cara a las políticas públicas para favorecer al amplio entramado de las micro, pequeñas y medianas empresas, que junto con las cooperativas y emprendimientos autogestionados constituyen el 98 % del entramado productivo.

Bajo el título “¿Qué país necesitamos las Pymes?” esta acción se dirige a interpelar a los actores políticos que competirán en los comicios de este año, así como a los demás sectores empresarios y sociales, con vistas a la definición de un proyecto nacional en que el conjunto de la producción y el trabajo sean los ejes de un camino de desarrollo con equidad social.