El 54% de los hogares argentinos tuvo que apelar al financiamiento durante 2022 para sostener el ritmo de gastos cotidianos. Al analizar caso por caso, se desprende que entre aquellas familias encabezadas por una mujer hay un 60% que recurren a esa metodología, mientras que entre aquellas lideradas por hombres hay un 50% que lo hacen.

Los datos se desprenden de un informe elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Economía de la Nación, en el que indagaron las estrategias de financiamiento de los hogares, tanto las relacionadas con fuentes formales (tarjetas de crédito, créditos bancarios, financieras, fintech o créditos de la ANSES), como informales (préstamos de familiares o amigos, el fiado en comercios, los préstamos de empleadores o prestamistas, entre otras).

En medio de las dificultades que genera la inflación en el día a día, los hogares utilizan estas fuentes de financiamiento no solo para suavizar su consumo de bienes de elevado valor, sino también –ante la inestabilidad o falta de ingresos– como herramienta para sostener consumos cotidianos y básicos, muchos de ellos ligados a los cuidados, como la compra de medicamentos o alimentos.

La dificultad para acceder a financiamiento formal genera, en muchos casos, la necesidad de recurrir a diversas fuentes informales, que suelen tener un costo financiero mayor o redundar en formas de dependencia personal improcedentes, que generan situaciones de elevada vulnerabilidad financiera.

De acuerdo con elrelevamiento, casi el 60% de los hogares sostenidos por mujeres reportó haber recurrido a financiamiento, en sus distintas formas, en el período de realización de la encuesta (octubre-noviembre de 2022), frente a un 50% de los hogares sostenidos por varones; en promedio el 64% de los hogares destinaron el financiamiento obtenido a la compra de comida y medicamentos.

Esta disparidad se explica, en gran medida, por la elevada incidencia de la informalidad laboral en los hogares sostenidos por mujeres, ya que las mayores necesidades de financiamiento se presentan, precisamente, entre las personas que carecen de un trabajo registrado, como se refleja en el hecho que el 69,2% de las trabajadoras informales solicitó algún tipo de financiamiento en el período de realización de la encuesta, frente a un 49,4% de sus pares con inserciones laborales formales.

Más de la mitad de las familias argentinas se endeudó para sostener gastos cotidianos

En tanto, los hogares con responsabilidades de cuidado de niños, niñas y adolescentes (NNyA) encabezados por mujeres enfrentan situaciones de elevada vulnerabilidad financiera: el 72,6% destina el financiamiento a la compra de comida y medicamentos (el 65,9% en el caso de los encabezados por varones).

Para añadir a ese escenario, 7 de cada 10 de esos hogares arrastra atrasos en los pagos de deudas o de servicios, 4 de cada 10 tiene atrasos en ambos, y casi la mitad destina todos sus ingresos para hacer frente a sus deudas o sostiene que sus ingresos le resultan insuficientes para afrontarlas (el 46,2% de los hogares encabezados por mujeres respecto al 38,3% de los encabezados por varones).  

Más de la mitad de las familias argentinas se endeudó para sostener gastos cotidianos

La encuesta permitió construir un indicador de vulnerabilidad financiera, en función de la existencia de atrasos en los pagos de gastos o deudas previas y la proporción de los ingresos comprometidos en el pago de las deudas y atrasos. En el período de referencia de la encuesta (octubre-noviembre de 2022), el 30,7% de los hogares con NNyA encabezados por mujeres se encontraba en una situación de alta vulnerabilidad financiera, en contraste con el 22,9% de la situación promedio.

Más de la mitad de las familias argentinas se endeudó para sostener gastos cotidianos