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Para los pequeños productores que viven de la agricultura familiar, el programa Cambio Rural es sinónimo de valor agregado y de más rentabilidad. El proyecto estatal, que funciona desde la década del 90, busca que los chacareros se asocien para agregarle valor a la materia prima con la coordinación y asesoramiento técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).

En julio de 2014, el anterior gobierno nacional lanzó “Cambio Rural II, Innovación e Inversión”, vigente hasta hace algunos meses. En 2015 y 2016, se trabajó sobre un total de 1.200 grupos conformados por más de 10 mil productores.

Ahora, la nueva gestión de la Secretaría de Agricultura, a cargo de Ricardo Negri, decidió "readecuar y ordenar" el programa con un proceso de "reempadronamiento". El nuevo listado incluye solamente 400 grupos. Los otros 800 fueron eliminados del beneficio.

Detrás de la medida se esconde un claro ajuste presupuestario. Con este recorte, el ministerio de Agroindustria se ahorrará 45 millones de pesos anuales. El tijeretazo causó malestar en Federación Agraria Argentina (FAA), la entidad que representa a los pequeños y medianos productores, y dentro del Inta, el brazo ejecutor del programa.

Pablo Paillole, representante FAA ante el Consejo Nacional de Inta, advierte que el recorte “deja a la deriva” a miles de productores que viven y trabajan en municipios y comunas rurales en materia de asesoramiento y comercialización.    

“El programa logró en estos años que las pymes agroalimentarias, el sector cooperativo y los agricultores familiares se asocien y se fortalezcan desde la innovación. Se venía apostando fuerte por los buenos resultados  y ahora nos encontramos con este fuerte recorte”, explicó el dirigente gremial.

Este escenario, aclaró Paillole, tiene un doble efecto negativo: por un lado, la imposibilidad para los pequeños productores de acceder a este asesoramiento de forma privada; y por el otro, la pérdida de fuentes de trabajo en el Inta. Son muchos los técnicos que dejarán de participar del programa.

En el Inta hablan de una clara decisión política de dar de baja “todo lo relacionado a agricultura familiar” (se eliminó la secretaría y nunca se reglamentó la Ley de Reparación Histórica) para ir hacia un programa “más chico y elitista”.

El recorte alcanza a todas las provincias, según pudo averiguar Rosarioplus.com. En Santa Fe, el impacto mayor aparece en la cadena lechera, un sector apuntado por el INTA para mejorar la escasa productividad de los últimos años.

Días atrás, el diario La Nación citó el caso puntual de los productores vitivinícolas de Chubut. "A partir de Cambio Rural se logró consolidar el cultivo de la vid en la zona más austral de la Argentina, logrando vinos de altísima calidad. Por esto resulta inentendible la pérdida del apoyo institucional”, planteó, indignado, Camilo de Bernardi, un productor damnificado.

Las bajas alcanzan a la producción de animales de granja de Buenos Aires, la fabricación de maquinaria en Jujuy, la cría de cabritos en Catamarca, las hortícolas de Mendoza y la producción de forraje (maíz y fardos de alfalfa) en Córdoba, entre otras actividades.

En los próximos días, la cúpula de Federación Agraria pedirá explicaciones a Nación por un recorte que “ni si quiera fue comunicado”, según denunció su vicepresidente segundo, Agustín Pizzichini. “Estamos hablando de la subsistencia de muchos productores. El estado retrocede cada vez más, nos preocupa mucho este panorama”, resumió el dirigente.