La cantidad de asesinatos en Rosario y alrededores en este primer semestre ha sido la menor de los últimos 12 años. Decreció alrededor del 60% en comparación con el ritmo de letalidad del año pasado. Esto que el gobierno de Maximiliano Pullaro celebra como su mejor logro, y lo comparte con la ministra Patricia Bullrich y su Plan Bandera, para algunos observadores de la política tiene un reverso aún en tinieblas. Se trata del diputado Carlos Del Frade, que este miércoles asistió a la reunión convocada por el gobernador de la Junta Provincial de Seguridad y transmitió afirmaciones inquietantes.

El legislador le entregó en mano a Pullaro y al ministro de Seguridad, Pablo Coccocioni una carta abierta en la que pide explicaciones sobre la solidez de esta aparente pacificación de las calles y las economías del delito, y alerta sobre otras situaciones de riesgo que podrían alterar esa calma en breve.

“Creo que hay una decisión de un grupo entre las principales bandas narcopoliciales barriales de parar la pelota. Esta saga de homicidios se cortó en marzo, pero hay una decisión que no sabemos bien cuál es, por parte las 60 bandas que hay en Rosario, parte de Los Monos, de Alvarado, de Rodríguez Granthon, los Pillines, por alguna razón que no sabemos bien, de interrumpir esa violencia”, dijo Del Frade en diálogo con RosarioPlus.com.

La carta del diputado pondera la disminución de casi 60% de los homicidios en el Gran Rosario, pero le requiere al Ejecutivo que "haga público el conjunto de medidas" tomado para lograr este resultado. "Y denunciar y juzgar a los encargados de hacer las cosas mal y quienes miraron para otro lado", agrega bajo riesgo de que la violencia urbana pueda volver a recrudecer.

Del Frade se permite tomar distancia de la suficiencia gubernamental y preguntar si el Ministerio de Seguridad "logró el control efectivo de los barrios desde las instituciones democráticas" luego de los cuatro asesinatos de trabajadores ocurridos en marzo, como represalias instigadas por "un grupo de bandas narcopoliciales barriales".

Diputado Carlos Del Frade.

A eso le añade el mensaje los últimos episodios de violencia registrados en la barrabrava de Newell's y el ataque a tiros contra el jefe de la barra de Central, Andrés "Pillín" Bracamonte después del clásico. "Parece mostrar la lucha por un territorio siempre relacionado con bandas narcopoliciales disfrazadas de barrabravas, como una de las tantas divisiones y multiplicaciones de Los Monos", arriesga Del Frade. Y advierte sobre el peligro de que esa violencia desborde y derrame sobre la ciudad.

En este marco, Del Frade desliza un dato sombrío: "En distintos barrios de la ciudad de Rosario, organizaciones sociales hablan de la presencia de 'reguladores' de las grandes bandas narcopoliciales que estuvieron comprando armas para alguna acción a futuro", dice en su carta abierta.

En el afán de discernir si estas versiones reflejan realidad o prefiguran un mito urbano, el legislador del Frente Amplio por la Soberanía amplió a este medio: “Esos reguladores serían tipos de las grandes bandas narcopoliciales barriales que le han comprado armas a las pandillas menores que surgen en las villas. Es decir, se habla de un fenómeno de sustracción de armas en circulación y eso generó una disminución de los homicidios”, conjeturó.

Es que –agregó– en el discurso oficial entrevé alguna contradicción: “El gobierno resalta un incremento del 350% en cantidad de patrulleros y que eso hace que haya menos homicidios, pero a la vez hay más delito predatorio. Entonces la explicación tiene que ser otra. Hay algo que el gobierno no dice”, planteó.

Miércoles 15 en Santa Fe: legisladores de todos los partidos y funcionarios, con Pullaro, reunidos por la Junta Provincial de Seguridad.

Del Frade transmitió versiones que recoge de sus contactos en los barrios, hipótesis de un recrudecimiento de la disputa territorial de esas grandes bandas integradas por delincuentes del narcotráfico y policías. “Es una versión que se repite”, insistió.

La carta le dedica buena parte a la necesidad de investigar y controlar el tráfico en la hidrovía Paraná, incluso a las empresas navieras y agroportuarias que cargan denuncias de delitos económicos y las salpica el envío de cocaína hacia Europa desde los muelles privados de los departamentos Rosario y San Lorenzo. Asimismo, marca sospechas sobre varias compras de terrenos en Pueblo Andino por parte de colombianos que aparecen "con miles de dólares en mano". Y otros episodios conexos como el decomiso de 30 kilos de cocaína en Puerto Gaboto en una propiedad del ex presidente de la Sociedad Rural de Diamante Leonardo Airaldi, y que –según Del Frade– pertenecía al Primer Comando Capital, una organización narco con base en Brasil y Paraguay, o el puerto seco que funcionaría impune en el cruce de las rutas 34 y A012. 

“Por todo esto hay que poner mucha atención, y entender que la economía del delito depende de la economía formal. Cuando la economía se libera en favor del flujo de capitales, más violencia vamos a tener en el mediano plazo”, advirtió. 

Del Frade presentará este viernes a las 20, en el bar cultural La Popular (Santa Fe y Santiago) su nuevo libro, Alto perfil. Geografía narco 9