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La previa de los festejos por el Bicentenario de la Independencia ya tiene una nueva polémica. Primero el presidente se encontró con cuestionamientos por su invitación al Rey emérito de España y ahora el problema es por el vino. Mauricio Macri eligió botellas mendocinas para la celebración en Tucumán y los productores de esa provincia estallaron de bronca.

El vino escogido es una edición especial de “Saint Felicien”, una joya de la bodega Catena Zapata, con un valor superior a los 400 pesos. Desde la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán dijeron que "nadie avisó nada, no sabemos quién determinó esto".

Roberto Carro, vicepresidente de la Cámara, reclamó que "el vino de honor que represente al Bicentenario corresponde que sea tucumano".

"Cuando les dijimos a Luis Fernández, el ministro de Desarrollo Productivo, y al gobernador Juan Manzur mostraron la misma indignación y sorpresa que nosotros. Están tratando de llegar a quien corresponde para que se revea esta situación", explicó Carro.

Los productores llevaban tres años cosechando y preparando un vino para la fecha patria que conmemora los 200 años de la Independencia de la Argentina. La botella que habían preparado estaba hecha con base de Malbec y había unas 14.000 listas para la ocasión.