Chicanas, rarezas y archivos: lo que dejó la sesión sobre Boleta Única
Un nuevo debate volvió a fragmentar a la Cámara baja y como en otras sesiones históricas surgieron intervenciones de todo tipo que vale la pena recordar. Desde manualidades hasta descuidos con los micrófonos, lo más bizarro de la noche.
El debate sobre Boleta Única en la Cámara de Diputados de la Nación dejó algo más que media sanción al proyecto. En esta oportunidad, las y los legisladores dejaron algunas perlitas interesantes que vale la pena recordar por distintos motivos.
La cámara baja volvió a fragmentarse a partir de una nueva discusión. El proyecto estuvo impulsado por la oposición, aunque en este caso no exclusivamente desde Juntos Por el Cambio o el sector libertario que empujaron para juntar el quorum y darle la media sanción.
El debate se prestó a chicanas, cruces, exageraciones y el juego habitual en redes, donde salen a relucir archivos que contradicen la posición actual de un espacio.
Una de las intervenciones más llamativas y que incluso ocupó espacio en diferentes portales opositores, fue la de la diputada por Consenso Federal, Graciela Camaño. Para respaldar su apoyo a la iniciativa desplegó una tira de boletas que completaban 11 metros.
El objetivo de la legisladora era exponer la cantidad de boletas que participaron de las última elecciones en el partido bonaerense de Moreno. A continuación mostró cómo hubiesen quedado con el sistema de Boleta única.
Lo que no aclaró Camaño, fue que todas esas boletas que pegó corresponden a distintos partidos.
A contramano de este planteo, llegó la intervención de su par mendocina, Marisa Uceda, del Frente de Todos, quien emuló lo que hubiera sido la implementación de la Boleta Única en las últimas Paso de la provincia de Buenos Aires, donde hubo 37 listas compitiendo.
“Seguramente esto le va a solucionar la vida al votante, fácilmente la va a poder meter en la urna”, deslizó con tonó irónico mientras enrollaba una lámina de papel gigante.
Pero también hubo intervenciones que trascendieron la polarización. En este caso por la particular manera de leer que tuvo el diputado radical salteño Miguel Nanni.
Ya entrada la noche, y aprobado el proyecto, el legislador tomó la palabra para la votación de artículos en particular. Al momento de su intervención, tuvo algunos inconvenientes para seguir la lectura y tuvo que ser auxiliado por la diputada Silvia Lospennato.
Otro de los bloopers que se dieron durante la sesión lo protagonizó la diputada oficialista Cecilia Moreau. Ya con la derrota parlamentaria consumada, su par y jefe de bloque, Germán Martínez, tuvo lugar para una intervención. Pero previo a que tome la palabra, Moreau lanzó un descargo sin darse cuenta que había un micrófono prendido. “Si nos comemos un pijazo, que sea con seriedad”, apuntó.
Por último, un clásico luego de cada sesión, el archivo que condena a un o una diputada. En esta oportunidad la apuntada fue Myriam Bregman, del Frente de Izquierda Unidad, bloque que se abstuvo sobre el proyecto. Los halcones del Pro no tardaron en pasarle factura sobre lo que decía hace algunos años. El diputado Fernando Iglesias fue uno de ellos, y a través de una publicación chicaneó a la legisladora