El hombre que romperá con 60 años de dinastía Castro en Cuba
El primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel va rumbo a convertirse en el primer hombre nacido después de la revolución que gobierne la isla. La candidatura fue sometida a votación de la recién constituida Asamblea Nacional (Parlamento), aunque el resultado no se hará público hasta este jueves.
La propuesta parlamentaria incluyó también las nominaciones de Salvador Valdés Mesa y el histórico comandante Ramiro Valdés como vicepresidentes, entre los 31 miembros del nuevo Consejo de Estado.
Los 605 diputados de la Asamblea votaron este miércoles las candidaturas en sufragio secreto. De acuerdo con las imágenes divulgadas por la televisión estatal, el primero en votar fue el saliente presidente Castro, seguido de quien será su sucesor, Díaz-Canel.
Quien va rumbo a tomar el poder pasó por todos los niveles de dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC) y del gobierno.
Aunque no se formó en un ambiente militar como la inmensa mayoría de la cúpula del poder de la isla, sí se ha vestido de verdeolivo alguna vez.
Cuando terminó sus estudios en la Universidad Marta Abreu en 1982, pasó a desempeñarse profesionalmente en las filas de una unidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en las que estuvo tres años.
Luego regresó a las aulas universitarias como profesor y allí fue cómo comenzó a gestar su ascenso en la política.
A fines de la década de los 80, alternó las aulas con la militancia y se convirtió en uno de los rostros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de su provincia natal.
Ejerció como secretario del Partido Comunista en dos de las provincias más importantes de Cuba: en Villa Clara desde 1994 hasta 2003, y a partir de allí en Holguín, donde nacieron Fidel y Raúl Castro.
Raúl lo llamó en 2009 para nombrarlo a cargo del Ministerio de Educación, y en 2012 lo hizo vicepresidente del Consejo de Ministros.
En 2013, cuando formó su último gobierno, el menor de los Castro le añadió el cargo de vicepresidente del Consejo de Estado y dio un discurso en el que lo apuntó como sucesor.
"El compañero Díaz-Canel no es un novato ni un improvisado", afirmó. Además, anunció entonces que su mandato terminaría en 2018 y que no optaría a la reelección, por lo que todos los ojos se posaron sobre Díaz-Canel.
Como vicepresidente, su presencia a nivel internacional se reforzó participando en tomas de posesión presidenciales, recibiendo a personalidades en La Habana o visitando Rusia y Venezuela, grandes aliados políticos y económicos de La Habana.
En sus viajes al exterior, con frecuencia se le ha visto acompañado de su segunda esposa, Lis Cuesta, algo a lo que no estaban acostumbrados los cubanos porque no existe oficialmente la figura de primera dama en la isla.
Por un límite legal establecido por Raúl Castro, Díaz-Canel podría gobernar un máximo de dos mandatos, o sea 10 años.
Para ello cuenta con el respaldo de Raúl, quien se mantendrá como primer secretario del PCC por lo menos hasta 2021.
Según analistas, sus primeros retos podrían ser hacer frente a la unificación monetaria (fundir en una sola la moneda convertible, equiparable al dolar, y la nacional de uso doméstico) y relanzar la concesión de licencias a las pequeñas y medianas empresas dándoles más garantías y solidez jurídica con una ley de pymes.