El presunto autor de la filtración de documentos clasificados del Pentágono es un joven aficionado a las armas que trabajó en una base militar, según informó el diario The Washington Post. 

Los documentos publicados dan cuenta de las preocupaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses respecto a la viabilidad de una contraofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas, debido a problemas de formación y de abastecimiento. Incluso recoge las preocupaciones de Estados Unidos sobre la capacidad de Ucrania para seguir defendiéndose de los bombardeos rusos.

El medio interrogó bajó condición de anonimato a dos miembros de un grupo formado en Discord, la red social donde empezaron a publicarse cientos centenares de documentos confidenciales, algunos catalogados como "top secret", procedentes de un hombre que utilizaba el seudónimo de "OG".

"OG" publicó durante meses centenares de páginas copiadas de documentos de la base militar en la que trabajaba, indicó el diario.

Según el artículo, "OG" les dijo a los miembros del grupo que pasaba "parte del día dentro de una instalación de seguridad en la que están prohibidos los celulares y otros aparatos electrónicos" y que "trabajaba a destajo durante horas" preparando documentos "para compartirlos con sus compañeros en el servidor Discord".

Algunas informaciones eran tan sensibles que estaban marcadas con la etiqueta "NOFORN", es decir, que no podían ser divulgadas a personas extranjeras, informó el Washington Post.

El grupo, de unas 24 personas -hombres y chicos jóvenes en su mayoría- se formó en torno a su "amor mutuo por las armas de fuego, el material militar y Dios", creando en 2020 "un club" al que solo se podía acceder con invitación.

Decenas de fotos de esos archivos fueron compartidas en Twitter, Telegram y Discord en los últimos días. Algunos llevaban semanas o incluso meses circulando por internet sin que la prensa reparara en ellos. Además de información sobre Ucrania, los documentos también incluyen análisis confidenciales de los aliados de Estados Unidos, a quienes los funcionarios estadounidenses tratan ahora de tranquilizar.

Muchos de los documentos ya no están disponibles en los sitios donde aparecieron por primera vez y otros fueron retirados por Estados Unidos.