El gobernador bonaerense llegó este viernes por la mañana a Rosario, y en la sede de Gobernación local recibió el abrazo del gobernador Maximiliano Pullaro. Un gesto con foto y todo que abre múltiples lecturas.

Mientras tanto, el radical le mostró al peronista la central OJO, donde se coordina el monitoreo de la ciudad y las emergencias por alertas al 911. Firmaron un convenio para continuar la asistencia del gobierno bonaerense a Santa Fe en materia de políticas y recursos en seguridad y persecución criminal. 

Esta comunión comenzó en marzo, cuando Kicillof dispuso el envió a Rosario de 80 camionetas de la Policía para ser utilizadas por las fuerzas santafesinas y colaborar así en la pelea contra el narcoterrorismo, y que se sumó también al envío de equipamiento que realizó Nación a través del Ejército y del Ministerio de Seguridad. 

De cualquier modo, a nadie se le escapa la dimensión política de fondo en este encuentro, cuando además de lo protocolar ambas provincias juegan a definir el tono y la forma de relacionarse con el gobierno central, cuando aún resta el debate final en el Senado por la Ley Bases. 

Ahí está el presidente Javier Milei con la expectativa de convocar a los gobernadores, no a todos, a firmar el Pacto de Mayo. Kicillof no espera ser invitado. Pullaro dio a entender de que acudirá al convite y firmará.