Allanan una mutual por una causa de estafas realizadas por ex productor de seguros
Se trata de una investigación por malversación de fondos por parte de un ex agente de seguros de Granadero Baigorria que ofrecía a sus clientes obtener ganancias mediante inversiones apócrifas en dólares y pesos.
Agentes de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) allanaron una mutual de San Lorenzo al 1300, en el marco de una casusa judicial por estafas realizadas por un ex productor de seguros. También fue allanada otra propiedad que en calle Comodoro Rivadavia al 2600 que pertenece al acusado. Y como corolario, el imputado quedó en prisión preventiva.
El fiscal a cargo de los procedimientos es Mariano Ríos Artacho, quien avanzó en el secuestro de documentación, dinero y dispositivos electrónicos. Sin embargo trascendió que no habría orden de detención para esta persona
La causa se conoció el pasado 9 de noviembre, cuando Ríos Artacho imputó a Carlos Retamal y Claudia Fernández por situaciones fraudulentas de cuantiosos montos en moneda extrajeras estimados entre 500 mil y 600 mil dólares.
Según ventiló la investigación esta pareja ofrecía servicios de asesoría contable mediante su estudio, ubicado en San Martín al 2200 de Granadero Baigorria, como también coberturas se seguro para vehículos y de vida, los que eran fijados en plazo fijo.
Retamal decía ser productor de seguros de la empresa San Cristóbal y por ello ofrecía sus servicios de estudio integral en planes de inversión tanto en pesos como en dólares con tasas de interés muy redituables. Se supo que muchos de los estafados por esta persona eran jubilados y personas vinculadas al círculo íntimo de la pareja. Vale decir que la reconocida firma de seguros desvinculó a Retamal como productor se seguros en 2017.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) sostuvo en su presentación que la esposa de Retamal, Claudia Fernández participaba de las maniobras de fraude. Esto se pudo saber gracias a las evidencias aportadas por las victimas que atestiguaron que la mujer atendía en el estudio y además estaba a cargo del dinero de los inversores.
Otro dato del MPA es que los formularios que utilizaban los imputados eran falsos, papeles diseñados para la ocasión impresos en una cartulina que se le insertaba un número de póliza apócrifo con los datos de las víctimas. Además de agregarles las tasa nominal, el código de agente de ventas que correspondía a otro profesional.