Condenan a 25 años de cárcel al doble homicida que armó la fuga de Piñero
El tribunal condenó a Claudio Mansilla en ausencia, ya que hace diez días escapó de prisión. Lo sentenciaron como uno de los asesinos de dos adolescentes, en setiembre de 2018, en Lima y Cerrito.
Claudio Javier Mansilla tenía sus razones para fugarse de la cárcel de Piñero –como lo hizo con otros siete convictos el 27 de junio–, porque entonces ya advertía su largo destino presidiario si se quedaba hasta el final del juicio oral que este martes culminó por el crimen de dos adolescentes, ocurrido hace tres años en Bella Vista Oeste.
El tribunal compuesto por Hernán Postma, Nicolás Foppiani y Pablo Pinto, accedió al pedido de la fiscal Marisol Fabbro y condenó al Morocho Mansilla a 25 años de prisión por doble homicidio calificado. Por eso es que le había dicho a su pareja en una charla telefónica: "Tengo que hacer algo porque sino, no salgo más de acá (de prisión)".
Los jueces dictaron sentencia en ausencia del acusado, quien se mantiene prófugo y por quien el gobierno provincial se dispone a recompensar con 1 millón de pesos a quien ayude a su recaptura. En su lugar, estaba su abogado defensor, Fernando Sirio.
Mansilla tiene 38 años y una fama de peso pesado en el mundo del hampa, vinculado a la banda de René Ungaro, preso también en Piñero por el asesinato de aquel jefe de la barrabrava de Newell's, Roberto "Pimpi" Caminos.
Mansilla había salido de prisión en 2018, luego de cumplir una pena de 17 años por robo calificado y tráfico de drogas en 2013. El 21 de setiembre de 2018 fue en un auto hasta Lima 2150. Lo acompañaba su mujer, Jesica González (también detenida hoy por un tiroteo de meses atrás frente al penal de Piñero), y otras dos personas. Mansilla le entregó un envoltorio al hermano de su mujer, Brandon, de 16 años, que salió a recibirlo. Y cuando él y los suyos se alejaban en auto, alguien abrió fuego contra el coche. Las balas no lastimaron a nadie, pero Mansilla tomó nota.
El Morocho entendió que los responsables de esos balazos eran Kevin Nieri y Leonel Bucabar, dos adolescentes que antes vendían drogas para el Dulce Abregú, en el Fonavi de Parque Oeste, y que luego tuvieron que escapar de esa zona (Rouillón y Riobamba) para refugiarse en ese pasillo de Lima 2150. Entonces Mansilla les tendió una venganza a los dos días. Brandon hizo salir a la vereda a Kevin y a Leonel para que hablen con su cuñado y aclaren el conflicto. Pero Mansilla y al menos otro pistolero más sorprendieron a los dos pibes con una descarga de 30 disparos.
Ese fue el doble crimen por el que Mansilla –que fue detenido en diciembre de 2019 en Capitán Bermúdez– urdió su espectacular fuga con apoyo externo. "Coautor de homicidio agravado por uso arma fuego y participación de menor edad, dos hechos en concurso real, con abuso de armas, portación de arma de fuego de guerra y resistencia a la autoridad todo en concurso real", reza el título de los cargos que hoy le cayeron encima.
Tendrá por delante 25 años de encierro, siempre y cuando vuelvan a encontrarlo y apresarlo.