Jorge Lagna, ministro de Seguridad provincial, se refirió a las decisiones que deberá tomar el gobierno santafesino tras los anuncios en materia de seguridad por parte de Nación, que confirmó el despliegue de 575 efectivos de fuerzas federales para reforzar la seguridad en Rosario y Santa Fe.   

El hombre de la seguridad en Santa Fe aseguró en Sí 98.9 que hay un nuevo enfoque y que las autoridades nacionales “entendieron” que la situación que vive la provincia y principalmente la ciudad de Rosario “es un delito federal que aqueja a los santafesinos desde hace más de una década y se fue amplificando”.

“Estamos donde estamos porque hay distintos factores, siempre se propició ayuda federal, cuando en realidad es el Gobierno federal quien debe hacerse cargo de un delito federal, que no está focalizado en Rosario sino en toda la nación”, sostuvo el ministro.

De idéntica manera precisó que lo nuevo “no es el envío de agentes para hacer saturaciones ante un problema crónico que luego continuaba”. Explicó entonces que esta vez el Comando Operativo estará en manos de Gendarmería Nacional lo que mejorará la coordinación con las fuerzas políticas, más la creación de la Unidad Móvil en Rosario, con equipamiento y personal avezado dedicado a la investigación en narcotráfico.

A entender de Lagna, otro punto para lograr mejores resultados es la  urgente reforma de la Justicia Federal que afecta a Santa Fe con muy pocos juzgados federales, atiborrados de causas que no prosperan. “Acá se dieron paradojas, los clanes de drogas fueron juzgados por delitos comunes y después por la Justicia Federal, esa es la pelea que tenemos que dar por esa ley que está cajoneada en Diputados”, acotó el funcionario.

En relación a la problemática expuesta pidió ir despacio y no generar falsas expectativas a los ciudadanos, además adelantó que en las próximas horas mantendrá una reunión con el intendente de Rosario, Pablo Javkin, situación que saludó por el trabajo en conjunto que llevan a cabo ambas gestiones. También adelantó que lo próximo será ponerse a trabajar con el jefe de Gendarmería para ver cómo van a disponer del traslado de los nuevos agentes a quienes se los verá trabajando en los barrios catalogados como “calientes”, focalizando en determinados lugares.

“Hay que dejar de estigmatizar, esos barrios están llenos de gente trabajadora que padece a un grupo muy minúsculo de violentos que se dedican a esta actividad, saliendo a tirar a mansalva, por eso se hace difícil la prevención porque no hay reparos en salir a cometer una balacera”, insistió.

En tanto, el ministro marcó sus diferencias con las gestiones anteriores y los operativos que llevaron adelante las fuerzas federales en los barrios más humildes de Rosario persiguiendo y persuadiendo a “perejiles” que "se juntaban en las esquinas”, detenidos por “portación de cara”.

Y visto además que si sólo se piensa en que el “problema son los tira-tiros de los barrios humildes y no se ataca al delito complejo ni se corta el vínculo con los lavadores de dinero, el problema se va a agravar. “Tenemos que apuntar a bajar la violencia y que los vecinos de esos barrios vivan en paz como deben vivir”, ponderó luego.

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