El agitado mar de fondo detrás de un asesinato mafioso y dos balaceras
Vecinos iban a reunirse por la inseguridad en Necochea al 3500, pero los disuadieron a balazos. Ocurre que allí, y en otra casa que fue baleada dos horas más tarde, viven abuelas del convicto Alan Funes. El supuesto autor apareció asesinado este martes. El telón de fondo son los homicidios de un joven y de su bebé el sábado en barrio Larrea. Reverdece el enfrentamiento letal entre los Caminos y los Funes
El joven asesinado a tiros cuyo cuerpo apareció maniatado y con los ojos vendados este martes de madrugada en Esmeralda y Quintana fue quien unas horas antes descerrajó 38 disparos de metralleta contra el portón de un pasillo de viviendas, en Necochea 3571, según sostienen ya por estas horas en el seno del Ministerio Público Fiscal. La clave está en quién reside en ese inmueble: la abuela de Alan Funes. Es que también el lunes a la noche hubo otro atentado similar en barrio Matheu, contra la casa donde reside otra abuela del joven preso por homicidios, balaceras, extorsiones y asociación ilícita, jefe de una banda que mantiene disputa contra otro clan del sudeste rosarino, los Caminos.
La investigación de la fiscal Georgina Pairola va ahora en firme con la relación de este caso con el doble asesinato de Marcos Caminos y de su bebé de 1 año y medio, ocurrido el sábado en Colombia 1300 bis.
Fuentes de la pesquisa revelaron a RosarioPlus.com que la balacera del lunes al anochecer en Necochea 3571 no estaba –como se pensó al principio– dirigida a disuadir una reunión de vecinos hartos de la inseguridad. Dio la casualidad de que esa reunión se iba a realizar minutos después en inmueble contiguo, el Club Necochea. Pero el blanco de los disparos no fue el club sino el pasillo donde hay unos 12 departamentos al lado. Al fondo reside una de las abuelas de los Funes.
A las 10 de la noche, alguien disparó al menos 8 balazos contra una modesta vivienda del pasaje 1222 al 3900 (Pueyrredón y Dr Riva). Allí vive otra abuela de los Funes.
Los pesquisas decodifican ambos atentados, casi simultáneos, como una advertencia de represalia por el asesinato de Marcos Caminos y de su bebé. Caminos era pariente del clan fundado por Roberto "Pimpi" Caminos, el jefe de la barra de Newell's asesinado en 2010.
Lo cierto es que uno de los pistoleros que atacaron las viviendas de las abuelas de los Funes apareció unas horas después muerto a tiros, maniatado y con los ojos vendados. Y los autores del crimen tiraron el cadáver en Esmeralda y Quintana, enfrente del domicilio de Matías César, un pistolero a las órdenes de Guille Cantero y que fue detenido hace 3 años junto con su novia, Lucía Uberti.
El lugar donde apareció el cadáver este martes a la madrugada no fue azar, según los investigadores.
Los Caminos y los Cantero comparten presidio en el penal federal de Marcos Paz, mientras que los Funes y Esteban Alvarado conviven en la cárcel de Ezeiza.
Los vecinos temen igual
La convocatoria había corrido por redes sociales y boca a boca en el barrio Tablada: vecinos y vecinas se iban a reunir este lunes a la noche al lado del Club Necochea, en el 3571 de la calle homónima. Pero al atardecer, alguien llegó en un auto y con una ametralladora descargó por lo menos 38 disparos contra el portón de chapa de la fachada. Al otro lado, hay departamentos donde residen familias, una de ellas, la abuela de Alan y Lamparita Funes. Por milagro, ningún proyectil impactó en una persona.
El atentado agravó el hastío y la angustia de quienes habitan esas calles que claman al Estado alguna garantía mejor para vivir en paz. Semejante alarde de violencia armada, a media cuadra de bulevar Seguí, desactivó la reunión en ciernes, pero los vecinos siguen en pie.
El móvil de Sí 98.9 y Rosarioplus.com recorrió el vecindario en carne viva y recogió testimonios.
"Dada la inseguridad que estamos padeciendo en Tablada, habíamos convocado a los vecinos a un corte por primera vez en Necochea al 3500 para pedir presencia policial y de Gendarmería, pero presencia activa, en territorio y no como hacen, que andan paseando en las trafics verdes, no bajan a caminar la calle, no se meten en los pasillos. Estamos padeciendo hechos violentos, robos como nunca antes. La convocatoria era a una reunión pacífica, ejercer nuestro derecho a reclamar", expuso una habitante de la zona.
"Pero 15 minutos antes pasó un auto a 50 metros de la convocatoria y con una ametralladora irrumpieron en la casa por Necochea, al lado del club: dejaron 36 impactos donde viven 12 familias", completó la mujer su relato.
Otra persona del lugar –todas las que aceptan hablar lo hacen a condición de mantener su identidad en reserva– se quejó de que "acá los narcos andan con las motos, sin patentes, sin casco, nadie los para. Yo, en cambio, salgo con todo al día y me paran a los 200 metros para revisarme".
El planteo es recurrente. "Tablada está estigmatizada como lugar de delincuencia y narcotráfico, pero la mayoría somos docentes, comerciantes, gente de buen vivir, con valores para rescatar", acotó un vecino.
Entre los malestares que apunta el vecindario se cuenta la ausencia de una repartición policial cercana, como lo era la comisaría 16ª, en Ayacucho al 3300, cerrada durante la gestión de Maximiliano Pullaro en el Ministerio de Seguridad. "Ahora para radicar una denuncia tenemos que ir hasta la seccional 15ª (Sarmiento al 4300), y ahí tienen un territorio tan grande que es imposible que puedan abarcar tanto", dijo una de las voces del descontento.
Mientras tanto, en el seno de la investigación que recién comienza, una línea vinculó el atentado a balazos como amenaza disuasoria a los vecinos con el crimen mafioso descubierto esta madrugada en Esmeralda y Pte Quintana. Allí, sobre la vereda, apareció el cuerpo de un hombre joven, atado de manos y con los ojos vendados. Tenía múltiples heridas de bala. Una fuente de la pesquisa lo señaló como uno de los ocupantes del auto desde donde había partido la metralla contra la casa de Necochea 3571 donde iba a realizarse horas antes la reunión vecinal.
La hipótesis atribuye el asesinato como una represalia por los crímenes de Marcos Caminos, de su hijo de 1 año y medio, el sábado a la tarde en Colombia 1300 bis, en el noroeste de la ciudad, barrio Larrea. Y como telón de fondo, el eterno enfrentamiento entre las facciones que se disputan el narcomenudeo en barrio Tablada: los Funes versus los Caminos.