El tribunal aplicó penas muy bajas a policías del caso Jonatan Herrera
A pesar de que la acusación planteaba condenas de hasta prisión perpetua, el juicio oral a cinco policías por el crimen del joven en Ayacucho y Seguí terminó con una absolución y cuatro condenas de entre 3 y 6 años. Indignación popular en la escalinata de Tribunales
La sentencia del juicio a cinco policías por el asesinato de Jonatan Herrera decepcionó e indignó a la familia del joven ultimado en enero de 2015 por esa fuerza de seguridad mientras él lavaba su auto y ellos corrían a un ladrón a balazo limpio por la calle. Es que el tribunal integrado por los jueces Juan Carlos curto, Rodolfo Zvala y Juan José Alarcón aplicó 6 años de prisión como pena más alta a uno de los imputados y absolvió a la mujer policía que también estuvo en el banquillo de acusados. Eso a pesar de que la Fiscalía y la querella habían pedido altas condenas, incluso hasta prisión perpetua en algunos casos.
Este jueves al mediodía, mientras la ciudad lucía alterada por el paro general, frente a Tribunales provinciales bullía la expectativa de allegados y familiares de Jonatan Herrera por ver a los matadores del joven con sentencia de prisión en firme, y por largos años. Pero no.
El tribunal absolvió a la agente del Comando Radioeléctrico Gladys Galindo, de 37 años, cuando los fiscales Miguel Moreno y Adrián Spelta habían pedido prisión perpetua por homicidio calificado por abuso de función. El resto eran integrantes de la Policía de Acción Táctica: A Ramiro Rosales, de 26 años, el tribunal lo condenó a 6 años de prisión por el mismo delito que no halló probado en el caso de Galindo. A Luis Sosa, de 23 años, y a Jonatan Gálvez, de 22, lo condenaron a 3 años de prisión por el mismo delito pero en grado de tentativa, y por abuso de armas agravado por su función policial, respectivamente. Los fiscales habían pedido 12 años y 3 años de prisión efectiva, respectivamente. El suboficial Francisco Rodríguez, de 21 años, fue condenado a 3 años y 8 meses de prisión por tentativa de homicidio calificado agravado por abuso de su cargo policial.
Jonatan Herrera lavaba el auto en la puerta de su casa, en pasaje Villar y Ayacucho, aquel domingo 4 de enero de 2015 cuando un grupo de policías que venía persiguiendo a un delincuente que acababa de asaltar una juguetería lo ultimó de tres balazos. Un disparo en la pierna, otro en un muslo y otro más en la cabeza, en principio ejecutados por tres policías diferentes, acabaron con la vida del joven de 23 años.
Aunque la familia de Herrera y la Multisectorial Contra la Violencia Institucional habían solicitado que la sentencia fuera transmitida en vivo, con pantallas en las afueras de Tribunales, la Justicia rechazó el pedido.
Apenas se supo el contenido del fallo judicial, en la escalinata de calle Balcarce el público estalló de bronca contra los jueces y fiscales que tuvieron a cargo la investigación. “Se sabía, se sabía, que jueces y fiscales están con la policía”, cantaron a coro frente al edificio judicial casi desierto.
Galindo, acusada del disparo en la cabeza de Jony, quedó en libertad. Rosales, acusado de la muerte también y que habíamos pedido prisión perpetua, le dieron solamente 6 años. A Rodríguez y a Sosa le dieron solamente 3 años y Gálvez quedó en libertad”, repetía la hermana de la víctima sin poder dar crédito al veredicto del tribunal, que reavivó su dolor y el de su familia.
“Pensaba que iba a haber condenas ejemplares porque había pruebas de sobra. Quiero que sepan que esto no termina acá, que nunca ni jueces ni fiscales digan que su hijo valía tanto o nada, nunca se callen. Quisieron arreglarnos con un juicio abreviado y no pudieron, me ofrecieron muchísima plata para que me calle la boca y no pudieron, me echaron del barrio amenazada de muerte y no pudieron. Nunca permitan que los callen, todos tienen que saber que la Policía es asesina, que mató a nuestro pibe y que no nos vamos a acostumbrar. Que se haga justicia, carajo”, clamó ante numerosas personas que terminaron en un aplauso unánime.