Juicio a Los Monos: el diputado que anota todo y no se pierde detalle
Carlos Del Frade es el único dirigente político de Santa Fe que asiste por estos días al nuevo Centro de Justicia Penal para interiorizarse sobre el avance de las audiencias. Uno de los líderes de la banda le recordó con un gesto su rol clave en la caída de los juicios abreviados de 2015. “Sentí un arañazo en el estómago. Te da miedo que te miren así”
Llega siempre temprano, antes que muchos periodistas. Saluda con afecto y cariño a sus ex colegas y se sienta en una de las sillas ubicadas en el primer piso del recinto. Cuando la audiencia se pone en marcha, saca su libreta y anota cual reportero. Parte de la historia ya la conoce: sobre el clan Cantero, el narcotráfico y la violencia organizada giraron algunas de sus investigaciones, pioneras en el periodismo de la ciudad.
Pero la responsabilidad de Carlos Del Frade excede hoy a la que exige el oficio a la hora de recabar fuentes para denunciar y destapar ollas que queman. En 2015, por ejemplo, difundió un video en el que Ariel “Guille” Cantero reconocía haber disparado contra Diego Demarre, dueño del boliche Infinity Night donde fue asesinado su hermano. Aquella prueba tumbó los juicios abreviados que se habían arreglado con el pretexto de que la causa no se cayera.
Su cargo de diputado provincial (Frente Social y Popular) demanda información de primera mano para conocer en detalle la realidad que busca transformar desde la política. Sin embargo, Del Frade es el único funcionario que por estos días sigue de cerca lo que pasa en el nuevo Centro de Justicia Penal.
“Hay una política profesional que nunca se quiere meter con los temas densos, que no quieren quedar pegado. Yo vengo del periodismo y sé que hago política metiéndome en el barro”, reflexiona en diálogo con Rosarioplus.com sobre el desinterés de sus pares.
La (mala) política permitió, en parte, el derrame de sangre que colocó a Rosario como una de las ciudades más violentas del país. “La responsabilidad política aparece en el momento que Los Monos se convirtieron en un gobierno de facto en la zona sur de Rosario. Desplazaron al poder político e institucional para poner sus propias reglas. Esas cuestiones por más que no aparezcan en el juicio algún día se tendrán que discutir”, señala.
¿Qué te aporta presenciar las audiencias y anotar todo lo que pasa?
A mi entender es fundamental estar. Se trata de juicio histórico que marca también la evolución o involución de Rosario en los últimos 20 años. He escrito del tema desde 1998 en adelante. Me acredité como periodistas porque no había lugares asignados para diputados provinciales. Anoto para analizar esa información desde lo político. Las primeras declaraciones de los policías son impactantes porque queda claro que el viejo jueguito del policía y ladrón ya no existe más. Esta semana se cumplieron 45 años de la desaparición de Tucuarita Brandaza, de la que participaron grupos de tareas liderados por Feced, conformado por policías y civile. Si uno analiza la trama de narcos y policías como se está ventilando en el juicio te das cuenta que hay una matriz de continuidad de esa fuerza de tareas que hoy se recicla, por ejemplo, en el negocio del narcotráfico. Hay una clara continuidad de esa densidad.
Sos el único funcionario que asiste al juicio. ¿Por qué?
Hay una política profesional que nunca se quiere meter con los temas densos, que no quiere quedar pegado. Yo vengo del periodismo y sé que hago política metiéndome en el barro de la historia. Yo voy a las cárceles, hablo con todos los que tengo que hablar. Hay que meterse. Es una actitud de marcar distancia de cierta dirigencia política. Yo quiero mirar a Los Monos a los ojos, ver cómo ellos mi miran a mí, cómo me hacen señas.
¿Cómo fue ese tenso cruce de miradas en la primera audiencia?
Cuando entran esposados, el Guille(Cantero) me identifica enseguida y con las manos esposadas me mira y levanta el pulgar. Cuando se sienta y le sacan las esposas el tipo vuelve a hacerme la seña y me dice algo que al principio no entiendo. Hasta que lo repite y dice “el video, el video”, en referencia al video que yo pasé cuando se estaba debatiendo el juicio abreviado que lo tumbó. Fue fuerte, sentí un arañazo en el estómago. Te da miedo que te miren así.
¿Cómo analizás el contenido de las primeras audiencias?
Creo que por el momento hay cinco ausencias: no se habla del dinero, no se habla del dolor de las víctimas, no hay un discurso institucional del poder político sobre Los Monos, nadie habla del triste rol de la justicia federal y se hace referencia poco y nada al miedo. Recién apareció el tema del miedo con el testimonio del policía Raúl Saccone (ex jefe Brigada Judiciales). Yo puedo asegurar que el miedo se siente. He visto a dirigentes muy importantes de la política provincial tener miedo por sus familias. Por eso la repercusión de este juicio va mucho más allá de lo que pasa en el Centro de Justicia Penal.
¿Cómo ves la disputa entre fiscales y abogados defensores?
Carlos Varela en cualquier momento dice que el crimen del Pájaro Cantero fue un crimen de Estado. Va a ser impactante eso. Está claro que los abogados van a intentar destruir todas las pruebas, es la estrategia. Los abogados están muy afilados. Veo, en cambio, muy livianitos a los fiscales cuando del otro lado hay águilas.
¿La política de Santa Fe necesita de sentencias fuertes?
Hay una necesidad política de sentencias. Lo dijo Lifschitz el otro día, que él está esperando un fallo ejemplar. Pero más que nada queremos saber la verdad. Cuando se empieza a ventilar cómo trabajó al División Judiciales, uno se da cuenta que todo está mal hecho. ¿Quiénes son los buenos? ¿Quiénes son los malos? Esta línea difusa empieza a estar en evidencia. La propia policía fugaba datos para acercárselos a la banda. De dónde parís justicia, es muy difícil.
¿Hay margen para avanzar en las responsabilidades políticas, en las acciones u omisiones que propiciaron un terreno tan peligroso?
La responsabilidad política individual está claro que no. Pero la responsabilidad política aparece en el momento que Los Monos se convierten en un gobierno de facto en la zona sur de Rosario, como lo dice la causa. En ese momento desplazan al poder político e institucional para poner sus propias reglas. La otra responsabilidad política pasa por la policía. Esas cuestiones por más que no aparezcan en el juicio algún día se tendrán que discutir
¿En serio creés que ese día va a llegar?
Va a saltar en cualquier momento. La justicia federal algún día va a tener que hacer algo. Cuando tenga que investigar el origen de la pasta base, a dónde va la plata que circula o la falta de controles sobre los precursores químicos esto va a terminar saltando. Guille Cantero dijo en su día que la banda juntaba dos millones de pesos por semana. ¿Dónde lo lavaban? Estas preguntas hay que hacerlas.
La demanda y el negocio narco siguen existiendo pese a la caída en desgracia de Los Monos. ¿Es erróneo analizar la problemática desde los nombres propios?
Lo que vivimos desde hace un tiempo es un regerenciamiento del negocio narco. Con Los Monos lastimados, crecieron otros grupos. Hoy todas las voces que aparecen desde Tribunales, desde la policía y desde los abogados penalistas es que los Alavarados tomaron esta posta y están ejerciendo el rol que en su día ejercieron Los Monos, aunque con un nivel de violencia mucho menor. La situación es parecida al periodo 2007/2012 cuando Los Monos se consolidaron en silencio. Por aquellos años había una tasa de homicidio tranquila. Eso se logra con un doble pacto. El poder político pacta con la policía y la policía con las organizaciones criminales