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La guerra urbana se agravó extremadamente en Río de Janeiro, donde 35 policías fueron asesinados en sólo tres meses, mientras los narcos recuperaron posiciones en las favelas.

Este jueves un sargento de la policía fue ejecutado por asaltantes en el barrio Maracaná, cerca del estadio de fútbol, y otro efectivo cayó en un tiroteo en una cabina de peaje, en la ruta BR 116, tras lo cual los delincuentes escaparon en motos. Y el viernes de madrugada, tres personas murieron y cuatro resultaron heridas en una balacera ocurrida en la favela Abacatao, próxima al barrio Sao Gonzalo, informó la oficina de prensa de la policía.

"Todos los días es igual, hay asaltos a cada rato", dijo un testigo, que no dio su nombre, pero contó que es vecino del lugar del asesinato, cerca del Maracaná, publicó el diario O Día, según reprodujo la agencia de noticias italiana ANSA.

El primer trimestre de 2017 fue el más violento de los últimos años con el registro de varios asaltos y el aumento de los enfrentamientos armados en las favelas.

A raíz del "Estado de Calamidad Financiera" que enfrenta Río hubo un recorte del presupuesto que se destina a las Unidades de la Policía Pacificadora, que fueron construidas en más de 30 favelas para combatir a los narcotraficantes.

Al mismo tiempo, la Policía Civil, a cargo de las comisarías y las investigaciones, está en huelga de brazos caídos y hay una demanda de aumento de salario por parte de la Policía Militarizada.

Los enfrentamientos son prácticamente cotidianos en las barriadas pobres donde el repliegue de las Unidades de la Policía Pacificadora permitió el avance de los narcotraficantes y los grupos parapoliciales conocidos como "milicias".