La inesperada y oscura historia detrás del hallazgo de un cadáver en Granadero Baigorria
El cuerpo hallado hace dos semanas en la guardería náutica de Granadero Baigorria era de un brasileño afincado en la Triple Frontera, vinculado con el Primer Comando Capital, una organización delictiva de gran envergadura que este año voló con explosivos la sede de la empresa portavalores para robarle 40 millones de dólares
El cadáver que apareció flotando hace dos semanas, envuelto y atado, en una guardería náutica de Granadero Baigorria era el de un hombre de nacionalidad brasileña, radicado en la ciudad paraguaya de Ciudad del Este y que había venido aquí para comprar un avión. La víctima habría pertenecido al Primer Comando Capital (PCC), la mayor organización criminal de Brasil, y fue relacionada con el multimillonario y espectacular atraco a la sede de la empresa Prosegur en esa ciudad de la Triple Frontera. Su final, lejos de esas calles, empieza a ser investigado por la fiscal de Homicidios Dolosos, Marisol Fabbro.
Vagner Amantino Maciel tenía 47 años y había nacido en la localidad de Borrazópolis, estado de Paraná. Su cuerpo -todavía no se conocen las causas de su muerte- apareció flotando el martes 7 de noviembre en la dársena de la guardería Boating, de Granadero Baigorria, al final del cámping municipal de la ciudad vecina. Su cabeza estaba envuelta en una toalla y una bolsa plástica, y todo el cuerpo estaba arrollado por una frazada y atado con una soga. Apareció flotando en la orilla, cerca de unos veleros amarrados.
Las fichas dactiloscópicas indicaron que el cuerpo no pertenecía a ninguna de las personas cuyo paradero se estaba buscando por esos días. Y cuando el caso estaba condenado a quedar en el letargo de las causas NN, desde Paraguay hubo una comunicación con la Fiscalía rosarina demostrando interés en la identidad del cadáver.
La esposa de Amantino viajó la semana pasada con el bebé de ambos, de tres meses de vida, desde Ciudad del Este, y en el Instituto Médico Legal reconoció el cadáver de su pareja. Lo que le dijo a la fiscal Fabbro está resguardado por el secreto del sumario. Pero sí trascendió que Maciel había venido a esta región con una fuerte suma de dinero y con el propósito de comprar un avión. Según su mujer, el hombre era comerciante.
Esto ocurrió la semana pasada, pero las autoridades del Ministerio Público Fiscal lo divulgaron aquí en esta jornada de miércoles.
Como la pareja carecía de casamiento legal, las autoridades locales impidieron a la concubina que pudiera repatriar el cadáver de su marido. Tuvo que venir desde Brasil Áureo Amantino Maciel, hermano de la víctima. Este, dueño de una cafetería en Borrazópolis, estuvo en Rosario, confirmó la identidad de su hermano y comenzó el trámite pendiente. Su esposa, María Helena, le dijo al portal Tnonline que la decisión familiar es cremar los restos del fallecido. "Decidimos que vamos a cremar el cuerpo. No sabemos bien lo que pasó, sólo lo que nos informaron las autoridades", dijo.
Un vocero del MPA señaló que la muerte de Amantino ocurrió entre la 1 y las 3 de la madrugada del martes 7 de noviembre.
La aparición de Vagner Amantino Maciel se remonta a julio de 2014, cuando la policía paraguaya detectó un túnel de 350 metros de largo en pleno desarrollo, en Ciudad del Este, cuyo objetivo era llegar desde la casa de un abogado -donde comenzó la excavación- hasta la bóveda de la empresa Prosegur.
Amantino fue mencionado entre quienes financiaron la construcción del túnel, una inversión estimada en dos millones de dólares, según el comisario Abel Cañete: "Se trata de Wagner Amantino Maciel, alias Junhino; José Marleudo de Almeida, alias Baixinho; Antonio Jussiê Alves Dos Santos, alias Alemao; José Almeida Santana, Sandro Abel Franco Centurión y José Francisco da Silva, alias Cabeliño", reseñaron los medios locales.
Los miembros de esta organización son ex convictos de cárceles brasileñas que se instalaron en Paraguay, concretamente en la zona de la Triple Frontera. En Brasil son conocidos como el PCC, una mega banda de ex presos, policías y militares a la que se le atribuye grandes asaltos a bancos en esos países.
Después de aquella frustración por el túnel descubierto, los delincuentes rearmaron el plan, y en abril de este año cambiaron de modo, pero conservaron el objetivo: con un ejército de entre 30 y 50 hombres, hicieron explotar un lateral del edificio de Prosegur y protegidos por una lluvia de balazos, robaron 40 millones de dólares. El cadáver que apareció este mes en Granadero Baigorria era uno de los financistas de aquella operación tan resonante.