La querella en un acto de desesperación lanza una nueva teoría dentro de la causa
La presente nota es un derecho a réplica cedido a Hugo Álvarez, a partir de la nota "Franco Casco, un caso de violencia institucional y odio racial en la ciudad", publicada en este medio.
Hugo Álvarez
DNI 29.683.686
Después de casi diez (10) años de investigación y juicio, una de las querellas en un acto de desesperación lanza una nueva teoría dentro de la causa: la muerte por odio racial del joven Franco Casco, tristemente ahogado en un accidente en octubre de 2014.
Esto es así es porque en esos diez años de mentiras, manipulación y ocultamiento de la verdad a la familia de Franco y a toda la sociedad, no pudieron controvertir de ninguna manera a dos juntas médicas que indicaron que el cuerpo de Franco Casco no tuvo jamás ningún signo de de haber sufrido lesion traumática relacionada a su muerte. Por otro lado los informes de la Dra. Adriana D'addario, Directora del Cuerpo Médico Forense de la CSJN afirmaron que Franco murió ahogado.
No escapa al conocimiento de todes que se toman torpemente de un reciente fallo de Ciudad de Buenos Aires en dónde se calificó como "odio racial" la actuación de personas que nada tienen que ver en esta causa. Cómo siempre van de lo general a lo particular, sin poder hacer una sola conexión con la causa armada, en un caso donde saben ellos mismo que trabajan para arruinar la vida a trabajadores policiales inocentes.
Entiendo que es otro burdo intento por confundir a la opinión pública y seguir mintiendo a la familia de Franco Casco.
Este extremo no hace más que continuar lesionando la inteligencia de una sociedad harta de que nos presuman culpables, harta de que nos armen causas y estigmaticen en ambos extremos sea por "cacos" por "gorra" por "chorros" por "cobanis" o "vigilantes".
En el mismo sentido sigue siendo una herida lacerante a la familia de Franco, a la cuál el propio Guillermo Campana y sus socios (armadores seriales de causas contra trabajadores inocentes) insisten en mentirles aún conociendo ellos la verdad de primera mano. Entiendo que esto los hace acreedores unos rasgos de sociopatia preocupantes, y que mucho distan de una actuación profesional y sobre todas las cosas, humana y correctamente moral.
A su vez la nota refiere que está causa armada inició "la posibilidad de expresión de los jóvenes de barrios marginales" cuestión que no comparto ya que la lucha por derechos para esos pibes tiene una larga data de activismo que es mucho anterior al surgimiento de la que se definió como la causa armada más emblemática desde el regreso de la democracia. Afirmar que la causa armada es el inicio de un activismo pleno y transparente es faltar a la memoria de tantos y tantas que lucharon y luchan no contra enemigos imaginarios o inventados, sino contra el poder mismo del Estado en cuestiones ciertas y verificables.
Luego aparece un sector donde se hace referencia a "el mea culpa del Estado y un nuevo ciclo del activismo organizado contra la violencia institucional".
Debo recalcar que la causa armada por la muerte de Franco no es de ninguna manera un "caso de violencia institucional". Esto es así por el hecho de que no existe una sentencia firme que lo pueda sustentar, tampoco hay siquiera una prueba concreta de que Franco haya sido golpeado o violentado en la comisaría en cuestión, y está además el irremediable hecho de que les trabajadores policiales acusados en este caso jamás tuvieron una sola denuncia en ese sentido, igual suerte corre la comisaría séptima durante la gestión de mí hermano Diego.
No puedo dejar de mencionar el sector donde se refiere que el armado de esta causa "fue emblemático en el sentido de que se pudo denunciar y hacer público lo que sucedía en ese momento con la policía de la provincia de Santa Fe en relación a los jóvenes de los sectores populares".
Las palabras del Dr. Campana siguen la sintonía del derecho penal de autor: perseguir y criminalizar a un colectivo o persona por lo que es y no por lo que supuestamente hizo.
Aquí ni siquiera se atreve a tocar las cuestiones de la causa armada, cuestión a la que el titular de la nota hizo referencia, sino que se instala en criminalizar, demonizar, denigrar y manosear a toda la policía como una institución monolítica, en la cuál por ser trabajador policial se es culpable de algo.
Un trato similar al que da el Dr. Campana a estos trabajadores inocentes lo daban los alemanes a los judíos y otras razas y/o colectivos vulnerables en la Alemania de entre guerras.
Por su parte la Dra. Cozzi afirmó "se da un nuevo ciclo de protestas. Lo de Franco Casco corre el límite de lo que se venía viendo y entonces también permite nuclear un montón de casos que sucedían en la ciudad y que tenían en común la búsqueda de justicia. Se inscribe el caso en una serie más amplia de casos de violencia institucional”.
Aunque no citó ningún caso en particular, de ninguna manera pudo afirmar ni en el artículo ni en su testimonio ante los jueces una situación concomitante con lo que el titular de la nota pretende instalar, esto es que la causa armada es un caso de "violencia institucional" y "odio racial".
Por otro lado al hacer referencia a los testimonios que afirmaron haber presenciado u oído que golpeaban a Franco, se descarta contar al lector que esos testigos fueron manipulados por la propia querella que representa -por supuesto- el Dr. Guillermo Campana, cuestión que fue reconocida por los testigos ante los jueces, al afirmar que les habían dado mejoras carcelarias a cambio de declarar contra trabajadores inocentes. Lo mismo se desprende de las AUTOPSIAS sobre el cuerpo de Franco, las cuáles fueron prueba objetiva directa confirmando la inexistencia de lesiones y señalando que esos testigos mentían. En base a ello el juez federal Carlos Vera Barros les inicio a esos falsos testigos puestos por los acusadores la causa "FRO 30045/2019, Arguello y otros s/falso testimonio agravado".
Por último debo mencionar que el artículo -en la cita de los entrevistados- intenta confundir al lector haciendo un trazado hegemónico que va de lo general a lo particular, relatando alli Campana y Cozzi sus aventuras y penurias oyendo los maltratos que sufren "los pibes" pero sin citar siquiera de manera clara, precisa y circunstanciada quienes son esos "pibes" ni quienes fueron los autores de los maltratos a los "pibes" y que tienen que ver esos "pibes" con la causa armada por la muerte de Franco.
Lo cierto es que hoy día, mí hermano Diego y sus compañeros -verdaderos presos políticos encarcelados por el imperdonable plazo de seis años sin sentencia firme- esperan con el acompañamiento de la sociedad una sentencia que ponga fin a la incertidumbre que les y nos arruinó la vida para siempre.
La realidad es otra cosa, y esa realidad que TODXS conocemos se define en siete palabras: ellos son INOCENTES: causa Casco = CAUSA ARMADA.