Millones, entradas y camisetas: así extorsionaba la barra al presidente leproso
La audiencia imputativa a cuatro integrantes de la barra brava leprosa, se que comenzó a desarrollar este miércoles por la mañana, expuso un entramado de extorsiones y amenazas que viene sufriendo el presidente de Newell's Old Boys, Ignacio Astore.
En medio de la acusación a Luciano “Lucho” Gallardo, Leandro “Pollo” Vinardi, su pareja Ivana Barrias y Emir Rodríguez (hijo de ella), los fiscales Franco Carbone y Pablo Socca dieron detalles de cómo los integrantes de la asociación ilícita pedían dinero, entradas y camisetas en cada partido del conjunto rojinegro.
“Astore y las personas entrevistadas bajo identidad reservada dijeron que desde que asumieron son obligados por partido de local a entregar entradas de protocolo, que en la actualidad son 1.700, dinero en efectivo, que actualmente es un millón y medio de pesos, y entre 15 y 25 camisetas”, señaló Carbone.
Según la Fiscalía, las extorsiones al dirigente leproso eran impulsadas por Leandro “Pollo” Vinardi, hombre de confianza del líder de Los Monos, Ariel Máximo “Guille” Cantero, desde la cárcel de Ezeiza.
Interna de la barra
En la audiencia de este miércoles también se conoció que la bombas arrojadas al campo de juego el 23 de julio pasado, cuando Newell’s empató de local ante Independiente de Rivadavia, tenían un mensaje encubierto. Antes del partido, el club había dado 1.700 entradas de protocolo a la facción disidente de la barra brava, la liderada por Alejandro “Rengo” Ficcadenti (imputado la semana pasada como instigador de las amenazas a la familia de Ángel Di María), lo que generó un enojo en “Pollo” Vinardi y su hombre de confianza “Lucho” Gallardo.
Luego de "un intercambio de mensajes y llamados telefónicos", Ficcadenti devolvió las entradas que finalmente tuvieron como destino a la facción de Gallardo. Ese hecho generó que Vinardi, desde la cárcel federal de Ezeiza, enterado de la situación por medio de las comunicaciones permitidas con su pareja Ivana Barrias, ordenara una serie de intimidaciones, como la balacera a la casa de la vocal leprosa.
Tras el atentado a la dirigente rojinegra, el club le pagó a facción de Gallardo la suma de 1.500.000 pesos mediante el jefe de Seguridad de la institución. Las extorsiones continuaron con el cobro de 3 millones de pesos, pero encontraron su punto final cuando el presidente no autorizó la realización de un evento de inauguración de los parrilleros del club, para el que la barra había organizado recitales de Sergio Torres, DJ RG-13 y Germán David.
Cuando Astore prohibió la realización del show, la barra exigió un pago de 8 millones de pesos que, finalmente, se concretó en un pago de 3 millones de pesos el pasado 30 de julio dentro del club.