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Rufino, una ciudad de 20 mil habitantes, ubicada a 260 kilómetros de Rosario, está conmocionada por el femicidio de Chiara Páez, la adolescente de 14 años que fue hallada muerta en la casa de su novio. 

La marcha realizada este martes comenzó con una concentración en la plaza. En el centro se ubicó una mesa en la que estaban la madre, el padre, la hermana y dos amigas de Chiara. Con un micrófono, y ante el silencio respetuoso de la gente que se movilizó, los padres realizaron un relato en el que describieron sensaciones y lo que vivieron estos días.

Verónica, la madre de Chiara, visiblemente acongojada, dijo no poder entender "la frialdad" del chico y su familia, que cuando la adolescente aún estaba desaparecida se habían puesto a disposición para encontrarla. "Lo defendí hasta último momento", relató. "Si fue por el embarazo, se tendría que haber hecho cargo y listo, no había necesidad de matarla", agregó.

Durante la marcha se desplegaron muchos carteles con consignas relacionadas con la violencia de género. "Basta de golpes, basta de muertes, basta de femicidios", "No queremos morir en manos de un hombre" y "A la violencia de género, cero tolerancia", rezaban algunos de los carteles.