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Un hombre abrió fuego este lunes dentro de un tribunal del norteño estado norteamericano de Michigan, donde mató a dos alguaciles de la corte e hirió a un subcomisario antes de ser muerto a tiros por policías, informaron autoridades, en otro episodio de violencia armada en Estados Unidos.

Los hechos ocurrieron en el tercer piso de un tribunal ubicado en el centro de la localidad de Saint Joseph, en el condado de Berrien, cuando el sospechoso, de manera aún sin determinar, se hizo con un arma y disparó contra los alguaciles, que fallecieron, y el subcomisario, dijo el jefe de policía de Berrien, Paul Bailey.

El subcomisario fue internado en "estado estable" en un hospital al cual también fueron derivados "varios civiles" en la misma condición, agregó Bailey, sin aclarar si estas personas sufrieron heridas de bala o fueron atendidos por otros motivos. "Buscaron refugio apenas comenzó el tiroteo, y otros valientes oficiales fueron capaces de acudir en su rescate y abatir al tirador", agregó. 

El jefe policial dijo además que el episodio quedó bajo investigación. "No tenemos todos los detalles sobre qué ocurrió o cómo obtuvo el arma. Vamos a investigarlo con la división de homicidios", señaló.
Más temprano, el gobernador de Michigan, el republicano Rick Snyder, informó desde su cuenta de Twitter que la policía estatal ya tenía la situación bajo control y "comenzó su investigación" del incidente.

Según trascendidos en los medios el supuesto causante de las muertes estaba de camino a la cárcel cuando tomó un arma de uno de los agentes de seguridad de la corte y comenzó a disparar. "Tenían a un hombre allí, vestido con sus pantalones de presidio y esposado", dijo Marcos Laukus, testigo del incidente, a una emisora radial.

"Uno de los oficiales de justicia lo llevó a otro pasillo, y se escuchó un forcejeo, oí a alguien caer al suelo. A continuación, el agente judicial entró en esa habitación y se escuchó un disparo", relató Laukus.

Saint Joseph es una localidad que se encuentra a unos 200 kilómetros de Detroit, la ciudad más grande de Michigan.

Una escalada de violencia en aumento 

Estados Unidos se recupera aún de la matanza del viernes pasado ocurrida en Dallas, estado de Texas, donde cinco policías fallecieron y otras 11 personas resultaron heridas por disparos de un francotirador y veterano de guerra. Esta matanza se produjo luego de la muerte de dos negros a manos de la policía.

En St Paul, en Minnesota, Philando Castile murió el miércoles pasado sentado en su auto, al lado de su novia y su hija pequeña, acribillado por un policía blanco durante un control de tráfico. Su novia difundió en vivo los momentos posteriores en un video de Facebook Live.

Un día antes, otro hombre negro, Alton Sterling, de 37 años, murió tiroteado por dos policías blancos que lo balearon en el cuello y la espalda en Baton Rouge, en el sureño estado de Louisiana, en un episodio que fue filmado por un testigo con un celular y desató protestas. 

Varias ciudades de Estados Unidos vivieron este fin de semana horas de tensión y violencia cuando miles de personas salieron a las calles a protestar contra los últimos casos de gatillo fácil policial contra negros y fueron reprimidos, con un saldo final de alrededor de 250 detenidos y cinco oficiales con heridas leves.

La escalada se hizo tan evidente que el presidente Barack Obama decidió acortar un día su visita a España y volver a Estados Unidos. Antes de salir de Madrid, el mandatario reiteró que la violencia policial es "inaceptable" y fue tajante al afirmar que lo está sucediendo en los últimos días "es parte de la tradición de este país", una referencia clara a los años de segregación racial que marcaron a la potencia.