Piedrazos y puñaladas de una mujer y sus hijos: así fue el brutal crimen de un pibe
Una discusión en la calle, en barrio 7 de Setiembre, devino en una pelea desigual. El chico murió antes de recibir asistencia médica. Sus amigos luego prendieron fuego la vivienda de la familia que cometió el linchamiento. Hoy fue la imputación penal de los tres responsables.
Dos mujeres y un joven fueron imputados este jueves por el brutal crimen de Lisandro Gómez, el chico de 18 años que el lunes a la noche murió al llegar al Policlínico San Martín, en zona oeste, adonde su familia lo había llevado en procura de salvarlo. El joven murió desangrado por una puñalada en el pecho, entre otras heridas que recibió un rato antes mientras compartía una gaseosa con amigos y protagonizó una discusión con una mujer mayor, que ahora está acusada por el asesinato.
Según informaron desde el Ministerio Público de la Acusación, una joven de 20 años, Victorina C, y su madre, Nadia V.(37) y su hermano, Axel C. (19), quedaron en prisión preventiva, imputados del delito de “homicidio simple en carácter de coautores y en grado de consumado”.
Para los fiscales Marisol Fabbro y Matías Edery, las tres personas acusadas fueron las encargadas de terminar con la vida de Gómez, en Schweitzer al 8000, mediante golpes, arrojando piedras y puntazos con arma blanca.
La reconstrucción del crimen que realizaron los fiscales expuso los ribetes de una masacre cruenta de tres personas contra el joven. La víctima se encontraba en la calle tomando una gaseosa con sus amigos cuando V.C, junto a uno de sus hijos, pasó por el lugar y entabló una discusión en circunstancias no informadas.
A los pocos minutos, la mujer volvió en compañía de su pareja, su madre y su hermano, y comenzaron un intercambio de agresiones con Gómez.
En un momento de la pelea, la mujer le arroja una piedra o baldosa en la cabeza a la víctima y logra derribarlo.
Posteriormente, Victorina, Nadia y un menor de edad aprovecharon que Gómez estaba indefenso en el suelo y lo atacaron a patadas, piedrazos y puntazos de cuchillo.
Una de las heridas efectuadas con el arma blanca fue a la altura del tórax. La víctima empezó a convulsionar producto de los golpes y los agresores se retiraron del lugar.
Posteriormente a la muerte de Gómez en el Policlínico San Martín, allegados a la víctima prendieron fuego y balearon una casa ubicada en Sarratea y Schweitzer. Además, responsabilizaron a una familia como la responsable del homicidio.