Prisión preventiva para un joven por el crimen del policía en el parque Urquiza
La defensa alegó dudas sobre las pruebas que lo incriminan y esgrimieron que profesa el culto mormón. El juez denegó que espere el juicio preso en su domicilio y lo envió a la cárcel sin plazo.
El juez Hernán Postma dictó prisión preventiva sin plazo este martes contra Cristian Alan C., de 22 años, el principal sospechoso de haber ultimado al policía Luis Miguel Galeano, el viernes por la noche, en la zona del planetario.
Eran cerca de las 20.15 del viernes cuando Luis Miguel Galeano intentó resistirse a un robo y a cambio recibió tres puntazos a la altura del corazón. Un policía que aquella noche custodiaba la zona del parque Urquiza lo encontró a Galeano boca abajo. Le había avisado un hombre que hacía ejercicios contra el paredón del planetario cuando escuchó gritos y la escena de dos hombres que discutían y forcejeaban en lucha.
El testigo le dijo al policía que pensó al principio que se trataba de algún juego brusco pero amistoso. Cambió de opinión, espantado, cuando vio que uno de los contendientes cayó y quedó tendido en el suelo mientras el otro se alejó corriendo hacia el puente peatonal que une ambas márgenes de la barranca de Pellegrini, entre el parque y el barrio República de la Sexta.
Las imágenes captadas por un domo público ubicado sobre el puente registraron de espaldas a quien mató a Galeano. Llevaba puesto un buzo rojo con una virgen estampada en la espalda. Según los dichos de la fiscal Marisol Fabbro, en el video se puede ver el momento en el que, al cruzar el puente, el imputado se cruza con otros dos hombres que iban en dirección contraria y que, al tenerlo cerca, dan media vuelta y vuelven sobre sus pasos.
Estos dos testigos fueron quienes dieron el nombre de Cristian Alan C. Cuando fueron encontrados por la policía, brindaron información que sirvió para encaminar la investigación: lo conocían del barrio, andaba siempre con el mismo buzo, aportaron datos sobre su identidad, dónde localizarlo y declararon que cuando lo cruzaron les dijo: “Vuélvanse que me mandé una cagada”.
Con esta información, la policía dio con el lugar en el que vivía Cristian Alan C., un joven con antecedentes penales por robo. Allí encontraron gran cantidad de imágenes religiosas de la virgen de Guadalupe, la misma que estaría estampada en la espalda del buzo rojo.
Luego de relatar su teoría de los hechos, la fiscal solicitó al juez Postma que el imputado permanezca en prisión preventiva por el plazo de ley.
La fiscal Marisol Fabbro declaró: "Pedí la prisión preventiva por el plazo de dos años a la espera de un juicio. Se lo acusa de homicidio en ocasión de robo. La evidencia son los domos públicos y las imágenes que reportan, y las declaraciones de dos personas que fueron en un primer momento detenidas junto con un menor de edad. Reconocieron al autor del hecho. La pieza clave fue un buzo color rojo o anaranjado que tenía una imagen muy grande de una virgen en su espalda. Estos testigos son vecinos de esta persona".
A su turno, los abogados del imputado esgrimieron en su defensa que el mismo y su familia son mormones, por lo que la imagen de la virgen no se corresponde con sus creencias. Pusieron en duda la utilidad del video por considerar que las imágenes son borrosas y que en todo momento el sospechoso está de espalda. También cuestionaron el hecho de que no fue encontrado el buzo rojo ni el cuchillo usado para matar a Galeano. Por último, hicieron saber al juez que su defendido se encuentra bajo tratamiento psicológico y médico por adicciones a estupefacientes, para luego pedir que la prisión preventiva pueda cumplirla en su domicilio.Pese a los intentos de la defensa, el juez Hernán Postma hizo lugar a la pretensión de la fiscalía. A su entender, toda la evidencia presentada en la audiencia tiene una carga incriminante contra el imputado, quien a su vez fue ubicado en el lugar por dos testigos presenciales que lo reconocieron con nombre y apellido. Para el juez, lo único que juega a favor del acusado es que se entregó voluntariamente, pero esto no es suficiente para mejorar su situación ya que el delito del que se lo acusa tiene una pena de 10 a 25 años de prisión efectiva.