La Justicia imputó a tres personas acusadas de secuestrar y torturar a un joven de 15 años en una casa de Larralde y Bv. Seguí, zona oeste. Tras ser rescatado, el chico debió ser internado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela con golpes y quemaduras en distintas partes del cuerpo. 

Los identificados como M.E.C, de 20 años, R.E.G de 24 años y a R.P.U. de 18 años fueron imputados por los delitos de privación de la libertad calificada, lesiones leves agravadas y encubrimiento. El juez Alejandro Negroni les dictó prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.

Sgún el fiscal Sebastián Narvaja, a cargo de la investigación, el hecho se dio "en un contexto de venta de estupefacientes donde los imputados comercializaban de manera individual las dosis de sustancias narcóticas en el Barrio Los Olivos". 

Asimismo, sostuvo que entre mayo y junio de este año usufructuaron al menor, el cual se encontraba en una situación de gran vulnerabilidad social y económica, asignándole la tarea de vender los estupefacientes.

La modalidad utilizada era la entrega de una bolsa con cien unidades individuales (bolsitas) para que la comercializara, y a cambio se le abonaba una suma de dinero cada una cierta cantidad vendida. Esta actividad era realizada junto a otro joven -aún no identificado- con quien convivía en una casa precaria en la zona de Bv. Seguí y Larralde.

El pasado 4 de junio, la policía irrumpió en el lugar y encontró a la víctima en la habitación donde la habían tenido cautiva, con el rostro lastimado, quemaduras en las manos y mal estado en general. El hallazgo surgió a raíz de llamados al 911 manifestando que habría una persona secuestrada que estaba siendo agredida físicamente. 

A los imputados se les atribuye haberle causado quemaduras de tipo AB en ambas manos, en la cara, en el abdomen y en el muslo derecho, vertiendo una sustancia plástica quemada sobre el cuerpo del joven. Asimismo, le causaron un traumatismo facial por medio de golpes con una herramienta, con un seguro de motocicletas y con patadas y golpes de puños.

Por último, se les atribuye haber recibido, guardado y ocultado cuatro motocicletas que habían sido robadas en distintos hechos delictivos.