Un preso de alto perfil asoma detrás de las balaceras a escuelas y comisarías
Fran Riquelme, un delincuente de la zona norte vinculado a Esteban Alvarado, asoma en el trasfondo de la pesquisa sobre ataques a edificios públicos. Los motivos.
En el meollo de las investigaciones desplegadas para elucidar motivos del hampa para atacar a balazos escuelas, comisarías, templos e inmuebles del Servicio Penitenciario, asoma como nexo común de todas las pistas Francisco “Fran” Riquelme, un hombre joven que en abril de 2020 fue detenido en su casa de Felipe Moré 600 bis (barrio Ludueña) y sigue confinado, ahora en el penal federal de Ezeiza.
Entre la noche del jueves y la madrugada de este viernes, varios hombres de la Agencia de Investigación Criminal desplegó una docena de allanamientos en Rosario, Funes y Villa Gobernador Gálvez. Los objetivos están relacionados con la banda de Riquelme. Hubo secuestro de armas, municiones y drogas.
Entre las distintas fiscalías que lo tuvieron y lo tienen en su agenda de trabajo consideran que Riquelme opera en la órbita del capo narco Esteban Lindor Alvarado. Y se le atribuye comandar una estructura criminal que protagoniza desde hace un par de años delitos varios y violentos en los barrios Ludueña y Empalme Graneros.
El año pasado se le secuestró en el pabellón donde estaba recluido en la cárcel de Piñero unos 37 teléfonos celulares desde los que comandaba sus asuntos y su gente.
Por eso este jueves fueron detenidos tres presuntos secuaces de Riquelme, acusados de realizar extorsiones y usurpar viviendas en el noroeste de la ciudad. Los arrestos de la Tropa de Operaciones Especiales sobrevinieron luego de siete allanamientos, y los sospechosos, de entre 24 y 42 años, quedaron a cargo de los fiscales Adrián Spelta y Patricio Saldutti.
Asimismo, también este jueves quedó imputada y con prisión en firme Flavia Argañaraz, la pareja de Riquelme. La jueza Silvia Castelli la imputó de participar de la asociación ilícita que dirige su compañero preso. Había sido detenida esta semana en su casa de Matienzo al 400, y según la teoría de la fiscal Valeria Haurigot, es quien mandó a balear en los últimos días la escuela Rosa Ziperovich, del barrio Los Pumitas, luego la comisaría 16ª (Tablada) y la oficina penitenciaria de Pellegrini y Alsina, y más tarde la seccional 20ª de Policía (Empalme Graneros). Todo entre el 24 y el 29 de mayo.
El motivo aparente es que en la última visita que le realizó a Riquelme en prisión, a Argañaraz le descubrieron el intento de introducir al penal elementos prohibidos. Por eso fue se le prohibió la visita por sesenta días. Y al día siguiente empezaron los atentados a balazos. Riquelme, en tanto, fue trasladado al penal de Ezeiza.
La organización que lidera Riquelme es rival directa en Ludueña de otra gavilla que opera para Los Monos. Se la sindica como una rama de los contactos de Alvarado en el territorio rosarino.