La presencia de distintos animales silvestres en las riveras rosarinas se vuelve más frecuente. Le sucedió este lunes a un joven que amaneció en Puerto Norte con una víbora yarará en su living y le sucede a distintos vecinos y vecinas que cada tanto se encuentran con, sobre todo, aves que descansan en sus piletas o frenan a tomar agua. Los incendios en la islas y el corrimiento de la frontera agropecuaria en Rosario y la región obligan a pájaros de todo tipo, reptiles y mamíferos carnívoros a salir a buscar alimentos y refugios en otros lugares.  

Franco Peruggino, miembro de la ONG Mundo Aparte, quienes habitualmente participan del rescate de animales exóticos, dijo a Rosarioplus.com que hay que cambiar de perspectiva respecto "a la aparición de animales" y comenzar a convivir con ellos. En ese sentido, si bien bien apuntó que el ecocidio es parte de este síntoma, los animales silvestres siempre estuvieron en este territorio, tal es el caso de Puerto Norte, que antes “eran pastizales".

En el caso de reptiles y anfibios, además, su presencia suele ser más común en tiempos de crecientes y con la llegada del calor.  “Esta es una época donde los reptiles comienzan a generar actividad, este debe ser uno de los primeros casos de la primavera. Ver serpientes no es tan raro, genera susto en la gente, que a veces las mata. También es común ver yacarés o lagartos overos. Muchos suelen vivir de este lado del río, y durante el invierno no los vemos porque bajan su actividad, son animales que difícilmente agredan a una persona”, explicó.

En ese sentido, dijo que quien invade los territorios naturales de estas especies es el hombre que se olvida de la existencia de la naturaleza y “pretende tapar todo con cemento, como es Puerto Norte que existe no hace más de 10 años en una zona donde antes había pajonales, lugar ideal para la vida de muchos de estos animales". “Lo mismo pasa en Funes con las comadrejas que estaban antes que llegue allí el boom inmobiliario”, agregó.   

En su tarea de desmitificar, Peruggino sostuvo que muchos de estos animales son beneficiosos para los humanos, ya que son encargados naturales del control de vectores como ratas e insectos. “La presencia de reptiles, comadrejas y aves rapaces nos da la tranquilidad que si cumplen su rol ecosistémico no vamos a tener roedores”, sumó. Dijo, además, que muchas veces no es necesario hacer un rescate si no se presenta ninguna situación de peligro, ya que los animales suelen irse por sus propios medios.

Peruggino dijo que las quemas son un gran problema para las distintas especies, pero más en el caso de las aves, que se ven desplazadas de su lugar y escapan. Por eso en la ciudad se volvió común ver patos, teros y garzas descansando en cursos de agua no naturales, como el laguito del Parque Independencia, el Bosque de los Constituyentes o una pileta de natación.

“Las aves son de los animales que tiene más chances de escaparse del fuego, los reptiles no pueden hacer eso por su comportamiento, son animales lentos y en estas épocas con las bajas temperaturas están aletargados, lamentablemente no suelen sobrevivir”, adujo.

Otro es el caso del corrimiento de la frontera agropecuaria en las zonas cercanas a la ciudad de Rosario, espacios en donde antes había monte, hoy son latifundios sojeros que obligan a mamíferos carnívoros a salir a buscar alimentos en otros lugares, por ello la llegada a pueblos, donde suelen generar temor y disputas con sus habitantes. Como consecuencia del avance del monocultivo, por ejemplo, "el gato montés se quedó sin monte”. Lo mismo sucede con los pumas que, desplazados por la falta de alimentos, recorren largas distancias y en esos recorridos acuden a las granjas donde se comen los animales de corral, situación que genera un conflicto con los chacareros que “terminan matando al puma”.