Señalan a Celulosa por la muerte de un trabajador con cáncer: ¿hay asbesto?
El diputado Carlos Del Frade pone en agenda de gobierno la sospecha de que la fábrica de Capitán Bermúdez pueda tener todavía ese aislante térmico cancerígeno, a pesar de que está prohibido desde el año 2000. Ya había pasado antes de ese año.
El diputado provincial Carlos Del Frade apura un pedido de informes al Poder Ejecutivo acerca de la posible presencia de asbesto en la planta de Celulosa Argentina SA, en Capitán Bermúdez, al enterarse que hace unos pocos días murió un trabajador de esa fábrica de papel, por causa de un cáncer compatible con las consecuencias que depara la exposición a ese aislante térmico que está prohibido hace 24 años porque la inhalación de sus partículas propicia la formación de tumores cancerígenos.
La sospecha regresó a la planta donde trabajan 600 personas, ahora en poder del grupo Tapebicuá, como sucedió en la década del '90, antes de que el asbesto se prohibiera como aislante térmico en el año 2000.
Del Frade se apresta a ingresar esta semana a la Cámara de Diputados un requerimiento para el gobierno de Maximiliano Pullaro, que responda si tiene "registros sobre enfermedades o muertes laborales notificadas en la empresa Celulosa Argentina, posiblemente como consecuencia de la exposición al asbesto o amianto; si todo el personal de la planta se encuentra debidamente informado de este potencial peligro; si la respectiva ART advirtió sobre este problema o si lo hizo el departamento médico interno; si se han tomado las necesarias medidas de parte de la firma y si las distintas agencias estatales de la provincia tienen inspecciones recientes sobre el medio ambiente laboral y productivo de la citada industria en los últimos cinco años".
El asbesto es un mineral fibroso empleado históricamente para fabricar tanques de agua, chapas y tuberías de fibrocemento. Lo hacían así por ser ignífugo y resistir muy bien el calor y la corrosión. Por lo tanto, ese material continúa presente en numerosos ámbitos laborales y también domésticos. De esa índole es la lucha de los trabajadores de subterráneos en Buenos Aires, luego de que en la presidencia de Mauricio Macri se importaran vagones desde España que habían sido descartados, precisamente, por contener asbesto en su estructura.
Está comprobado su potencial cancerígeno, afirma la Organización Mundial de la Salud. Y eso quedó de relieve el sábado 20, cuando la muerte de un trabajador que estaba enfermo de mesotelioma (variante oncológica relacionada con la exposición al asbesto) llegó a oídos del legislador del Frente Amplio por la Soberanía.
Para no alarmar en demasía, hay que decir que la convivencia con materiales de fibrocemento no implica un riesgo. Sí, en cambio, al serruchar, perforar o romper ese material, porque entonces se liberan micropartículas de asbesto que pueden ser inhaladas y generar tumores, según explica el Ministerio de Salud de la Nación en su sitio web.
El médico laboralista Jorge Kohen, que dirigió la Superintendencia de Riesgos de Trabajo entre 2012 y 2013, recordó ante la consulta de RosarioPlus.com un grave precedente de Celulosa Argentina con la presencia de asbesto en su planta bermudense.
"El Ministerio de Trabajo provincial debería tomar cartas en el asunto, porque es el poder de policía, la autoridad de aplicación de la Ley de Higiene y Seguridad", afirmó el especialista. "Esto que pregunta Del Frade no es nuevo. En los '80 y '90 el Sindicato Químico ya había denunciado casos de cáncer de pulmón y pleura en trabajadores de Celulosa. En esa época hicimos un relevamiento con la cátedra Medicina y Sociedad, de la Facultad de Ciencias Médicas y comprobamos esos casos. Actualmente todavía hay muchas empresas que tienen asbesto en sus sistemas de refrigeración y de aislamiento. Está prohibido y es necesario sustituirlo bajo las condiciones que establece la ley", dijo Kohen.
Del Frade en su pedido de informe pasa revista al poderío económico de la compañía foresto industrial, como para demostrar que tiene capacidad para sanear sus procesos y desterrar sospechas de poseer asbesto en su planta. "Se ubicó en el puesto 320 en el año 2022, con una facturación anual de 25.877 millones de pesos, ganancias por 1.245 millones, un patrimonio neto de 4.560 millones y un activo total de 36.021 millones", descifró el diputado.
Celulosa era hasta 2017 propiedad del grupo papelero uruguayo Fanapel, pero el pool Tapebicuá lo compró y, por lo tanto, tomó a su cargo la planta de Capitán Bermúdez. El 80% de sus acciones pertenece al banco Credit Suisse y al fondo con sede en Estados Unidos HBK Investment. El 20% restante es del estadounidense Douglas Albrecht (Patagonia Bioenergía, Farmacity), con sus socios argentinos Daniel Maradei, Juan Collado y José Urtubey, hermano del Juan Manuel, ex gobernador salteño.
"La empresa, por lo tanto, –concluyó Del Frade– se encuentra en una situación favorable para generar las necesarias inversiones a favor del mejor medio ambiente laboral posible y garantizar las condiciones en higiene y seguridad para los casi 600 trabajadores que generan tanta riqueza al grupo desde Capitán Bermúdez".
El legislador aseguró que "comenzaron a surgir casos de enfermedades laborales tales como el llamado mesotelioma, una variedad de tumor que afecta la pleura y que, lamentablemente, produjo la muerte de un obrero históricamente relacionado con Celulosa".
"Es fundamental –agregó– saber si las personas que trabajan en Celulosa Argentina se encuentran expuestas a las posibles consecuencias del asbesto y que, en caso de ser así, que la empresa haga las inversiones necesarias para garantizar la salud de todas y cada una de estas personas que hacen posible el desarrollo de la firma".