Un fotógrafo rosarino de National Geographic y su lucha para salvar el humedal
Sebastián López Brach es rosarino y trabaja para National Geographic. Se crío a orillas del río, impulsa la Ley de Humedales y explica un problema con múltiples actores en conflicto: isleños, políticos, ganaderos y empresarios de la soja. En su rol como mediador se enorgullece al hablar de su vínculo con aquel cauce fluvial que es el segundo más largo de Sudamérica, después del Amazonas.
“Crecí en contacto con la naturaleza. Siempre me gustó navegar. Los rosarinos tenemos una relación simbiótica con el río. Nuestra ciudad fue construida de cara al río, no de espaldas, como Buenos Aires. Todos cruzamos a las islas a comer un asado o tomar una cerveza. En verano las playas explotan”, detalló Sebastián en contacto con Si 98.9.
Ya entrando en detalle, el referente sostuvo que la situación del humedal “es muy delicada por consecuencia de las quemas y que ya no se puede dejar pasar esta tremenda emergencia ambiental”. Aparte señaló que las comunidades de isleños son las más perjudicadas y padecen de estas trasformaciones por el avance de la frontera agropecuaria, una de las más feroces de la historia. Entre sus fotos también retrata la flora y fauna que aseguró “de a poco está desapareciendo”.
Sobre su trabajo explico: “Yo intento visibilizar cómo se vive en los humedales, porque en vez de quejarnos del humo desde un lado privilegiado de la otra orilla en la ciudad, deberíamos saber cómo es que se habita el humedal y cómo viven las comunidades en este territorio. Quiero mostrar eso y cómo se adaptan a estas trasformaciones ambientales”.
El fotógrafo activista puso en debate el trabajo de la clase política en torno al medioambiente y aseguró que ahora se hacen eco de sus publicaciones internacionales en The New York Times o El País de España por la envergadura que tienen estos medios, pero más allá de eso, “no se le da la jerarquía necesaria al ecocidio” que se vive en nuestra zona. “Veo a los postulantes proclamándose a favor de la Ley de Humedales y la verdad que eso me jode mucho”, acusó.
Si bien no pone responsabilidades directas sobre las quemas en el Delta insistió que la bajante, combinada con la deforestación y los incendios, “son parte de una mano extractivista que vino a apropiarse de nuestra biodiversidad sin importar el futuro que nos espera”.
Sebastián pasa gran parte de la semana en las islas y aseveró que los focos ígneos en la zona nunca cesaron. “Los únicos momentos donde no hubo incendios fue cuando llovió, como paso estos últimos días. Todo parece indicar que el único plan de manejo del fuego que tenemos en Argentina es la lluvia”, lamentó.
“A veces es necesario que llegue el humo a la ciudad para que la sociedad apague un poco la televisión y salga a ver lo que sucede. En estos dos años por causa del fuego perdimos una superficie equivalente a 40 ciudades de Buenos Aires y poco se habla de esto”, lanzó.
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