Buyatti reavivó su conflicto y Aceiteros evalúa otro paro en vísperas de cosecha
La aceitera mantiene un conflicto con sus trabajadores desde hace un año. Fracasó una nueva negociación por las indemnizaciones y el enfrentamiento recrudeció. La Policía intervino para liberar accesos a fábricas. El gremio aceitero evalúa un nuevo paro en el cordón.
Tras la negativa de la empresa Buyatti a pagar el total de las indemnizaciones los trabajadores de la aceitera de Puerto San Martín, en conflicto hace más de un año, instalaron piquetes que bloquearon la entrada a varias empresas. Pero en la madrugada de este miércoles, la Policía y Bomberos intervinieron para disuadir la protesta y liberar los portones. La razón es que por la mañana el gobernador Omar Perotti tenía previsto abrir el ciclo lectivo en la Escuela N° 1398, de esa ciudad.
El gremio aceitero anuncia un posible paro regional junto a la CGT y desde las cámaras empresarias aceiteras exigen la intervención del gobierno ante el inminente comienzo la cosecha gruesa a la región
En dialogo con Rosario Plus Daniel Cerna, delegado de Buyatti y miembro de la comisión directiva del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del departamento San Lorenzo (SOEA), explicó que los piquetes en la esquina de la empresa Buyatti, que también impedían el ingreso de camiones a las empresas ADM y Bunge se definieron “después del fracaso de dos reuniones en el ministerio de trabajo de la provincia con la empresa” y que van a continuar “hasta el jueves que hay una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial, que esperemos sea definitiva”
El conflicto de Buyatti que lleva varios años y se complicó a principios de mes con una declaración de crisis de la empresa, amparada por el gobierno de la provincia, que permitió el despido formal de casi 70 empleados que quedaban en relación con la firma y no habían aceptado los retiros voluntarios que empujaba la aceitera.
Hoy el reclamo tiene que ver con poder cobrar el total de las indemnizaciones, y no el 30% como pretende la empresa.
Buyatti venía pagando el 70% del sueldo de sus trabajadores a cambio de mantener los puestos de trabajo mientras se resolvía el problema productivo que aduce la empresa. Con el cierre y la declaración del Proceso Preventivo de Crisis la aceitera pretende pagar el 50% de ese sueldo, lo que termina implicando apenas un 30/35% de la indeminizacion que por convenio deberían percibir los trabajadores.
“La empresa se escuda en una crisis que no tienen, porque ellos tiene dos fábricas más en el norte y tienen con que afrontar las indemnizaciones que corresponden. Por otro lado hay un decreto presidencial que impide los despidos en pandemia y que obliga a la empresa a pagar una doble indemnización en el caso de los mismos. Eso todavía no se lo estamos reclamando, pero acá hay gente que no tiene fácil la reinserción laboral, y no llegan a cobrar ni al 30%, es una burla”, afirma Cerna.
El delegado de los trabajadores de la empresa con sede en el norte provincial afirma que el problema va más allá de este conflicto puntual y que tiene un trasfondo político y económico.
“Buyatti es integrante de CIARA (la Cámara Aceitera que reúne a las principales empresas del sector) y entendemos que esto es un puntapié inicial para que otras empresas del cordón hagan lo mismo, como es el caso de Vicentin. Ojalá que no pase, pero si cae Vicentin van a liquidar igual que Buyatti, eso lo que el gremio no está dispuesto a permitir. Esta lucha va más allá de Buyatti”, explica Daniel.
Cerna también cuestionó el rol del Ministerio de Trabajo provincial en el conflicto y aseguro que “les permitieron cerrar el Procedimiento Preventivo de Crisis sin que pudiésemos tener acceso a ninguna información que lo sustentara (balance, etc). En dos días cerro el PPC y al otro día empezaron los despidos, y la provincia sabía que no estaban en crisis”
Se viene la gruesa, se viene el paro
Por su parte los empresarios aceiteros emitieron un comunicado en el que “solicitan a los Gobiernos nacional y provincial garantizar la libre circulación de camiones y el flujo del comercio exterior”
Y le recordaron al gobierno que “es crítico en estos momentos asegurar que los principales puertos e industrias de la agroexportación del país puedan operar en este momento en Puerto General San Martín, con la llegada de cada vez mayor cantidad de camiones. Es vital para el normal ingreso de divisas”
Por eso Ciara-Cec (las cámaras aceiteras y de exportadores de cereales) “pide a las autoridades intervinientes la máxima atención y urgente focalización en resolver la amenaza de un paro en esa región, que podría paralizar la totalidad de la actividad industrial y portuaria, más allá de la agroindustrial”.
El jueves a las 8 de la mañana se volverán a encontrar los representantes gremiales con los directores de la empresa y funcionarios en la sede rosarina del Ministerio de Trabajo provincial.
Del resultado de esa reunión depende la medida que puede impulsar el SOEA junto con la CGT Regional San Lorenzo, que hasta ahora se había mantenido al margen de la gran conflictividad gremial que tuvo la región a fines del 2020 y que incluyo una histórica huelga de los aceiteros.
Rumores de reapertura
Según comenta Cerna si bien el cierre de la empresa es definitivo bajo el mando de los Buyatti, tienen expectativas que “en un par de meses pueda reabrir como acopio y después como aceitera en manos de Unión Agrícola Avellaneda”, la empresa que el año pasado uso las instalaciones de Buyatti como acopio.
“Tenemos indicios e información de que esto ha sido comprado por la Unión Agrícola Avellaneda y esperamos que sea así para crear más puesto de trabajo y poner la aceitera en marcha”, se ilusiona Cerna.
Mientras todos los ojos están puestos en la resolución del conflicto. Los de los trabajadores para que no se siente un precedente peligroso para la región, el del gobierno en la entrada de divisas y el de los empresarios en la posibilidad de que se vuelva a repetir la medida gremial de diciembre que terminó uniendo a todos los gremios portuarios y aceiteros del país en su contra.
Y es lógico, el que se quema con un paro histórico, ve un piquete y llora.