El Directorio del Colegio de Abogados de Rosario decidió cerrar de forma sorpresiva el Jardín Familiar "Dr. Juan Carlos Martorana" que posee la institución, en el edificio de Balcarce al 1500, por supuestas cuestiones económicas. La medida tomó por sorpresa a los padres de los niños que concurren a la institución y a los trabajadores que se quedaron sin su puesto laboral de un día para el otro.

“La luchamos porque creemos en este espacio, que aloja a infacias y donde las familias dejan a sus hijos con una confianza absoluta. Es un dolor profundo que se ponga en discusión la continuidad del Jardín”, indicó Lara Hartkopf, encargada de la institución educativa, en diálogo con Rosario Plus.

El Jardín, inaugurado en 2018, fue pensado como un servicio importante para las familias de los abogados rosarinos, con el objetivo de brindar tranquilidad a quienes trabajan cercanos al Tribunal de Pellegrini y Moreno. Actualmente, el Jardín cuenta con 42 niños (de lactario a Sala de 3 años) y diez empleados. “Podrian ingresar 65 niños en total, pero nunca pusieron el personal correspondiente, y a su vez, nunca nos dejaron tener autonomía para gestionar una publicidad más eficiente de la institución. La única forma por la cual concurren niños hoy, es por el boca a boca de los padres que transitaron por este espacio”, apuntó la coordinadora.

Los motivos por los cuales la comisión directiva tomó la determinación de cerrar la institución fueron económicos, ya que según “algunos de los miembros del Directorio el Jardín era dinero tirado a la basura”.

Según un comunicado del Colegio, en el año en curso, “considerando la realidad económica actual y la estructura de costos del jardín, el subsidio cubierto por parte del Colegio ha sido del 67.5% de la totalidad del gasto, representando solo hasta septiembre del año 2024 un déficit proyectado de alrededor de $78.000.000”. 

“El Colegio dice que el Jardín genera déficit, y ponen números que son incomprobables”, denunció Hartkopf.

“Llegamos a poner plata de nuestro bolsillo para celebraciones y regalos a los niños, porque el presupuesto destinado al Jardín es muy limitado”, comentó la trabajadora, y continuó: “Es una casa grande y vieja, necesita mantenimiento. Por ejemplo, estamos sin timbre, y hay canillas que pierden hace dos meses".

Aunque la capacidad de la institución está al límite, desde el Directorio señalan que “el número de niños inscriptos nunca ha alcanzado la capacidad total del jardín, circunstancia que encuentra explicación al cambio del contexto post-pandemia, la digitalización de los procesos judiciales, los cambios en las dinámicas laborales de las y los colegas, afectando aún más la viabilidad del proyecto”.

“La decisión del cierre fue sorpresiva, incluso para los padres que ya habían inscripto a sus hijos para el año que viene”, comentó Lara y remarcó: “Es un espacio que tiene la idea de brindar un servicio y tiene que estar subvencionado, con la cuota que cobramos (145 mil pesos) no nos alcanza".

Por último, desde el Colegio abrieron la posibilidad de privatizar el espacio antes de su cierre. “Queremos asegurarles que esta decisión no ha sido tomada a la ligera y que, ante todo, pensamos en las familias que actualmente dependen del servicio. Por ello, el Colegio de Abogados de Rosario sigue trabajando y se compromete a facilitar el proceso de transición en caso de que alguna tercera institución esté interesada en continuar con la gestión del Jardín. De ser así, pondremos a disposición todos nuestros recursos para facilitar el traspaso del fondo de comercio”, señalaron.