Desocupación en los barrios: la lucha diaria para "no caer en la tristeza total"
"Somos el último peldaño para no caer en la tristeza total". La frase, que describe la situación en la que están muchos rosarinos de los barrios populares, pertenece a una referente de la Cooperativa de Trabajo Cartoneros Unidos, una organización que viene luchando para que no falte el pan en varios hogares de la ciudad.
El desempleo, que según informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) se acrecentó en la ciudad, golpea duro en los que menos tienen, y los movimientos sociales son los primeros en percibir la depresión y angustia que se siente en cada esquina de barrio por no poder llevar el pan al hogar.
“Recorro todos los barrios y veo gente grande que dice ‘ya está’, que no tiene ni para el mate. Mandan al pibito al comedor para el día, y para la noche esas criaturas se van a dormir sin comer. Te estoy hablando de gente laburante, que la está pasando muy mal porque no tiene salida”, comentó Mónica Crespo, integrante de la Cooperativa de Trabajo Cartoneros Unidos, en diálogo con Rosarioplus.com.
La referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) -alineada en la Confederación de Trabajadores de la Economía Social (Ctep), afirmó que la demanda de trabajo de las personas del barrio Empalme Granero es "terrible" y remarcó que “cada vez hay más cartoneros y más desocupados”.
Los nuevos recolectores se trasladan hasta el centro rosarino en bicicleta o a pie, con una carreta de mano, varias veces al día, para juntar la máxima cantidad de material que puedan. Sin embargo, los esfuerzos muchas veces son en vano, ya que se necesitan varios kilos de cartón para poder juntar el dinero necesario para sobrevivir.
Hace algunos años, la agrupación estaba integrada por 450 recolectores, pero en los últimos meses, la demanda de trabajo ha superado "cualquier límite".
“Vienen y me preguntan qué pueden hacer para reciclar y llevar un pan a la mesa”, contó Mónica y añadió: “El otro día vino un hombre en estado depresivo total, se quería matar; decí que acá tenemos una psicóloga para contener a los compañeros”.
En cuanto al valor del los residuos reciclables, la militante social explicó: "Por el kilo de cartón te pagan seis pesos; en una bicicleta como mucho podés llevar 5 o 6 kilos, tenés que hacer un montón de viajes para juntar el mango". “Se va vendiendo el material a los que tienen compra/venta, a los galponeros, que manipulan la balanza y además ponen el precio”, dijo.
En la sede de la cooperativa, ubicada en Carrasco 2075, se realizan capacitaciones en costura y panificación, se presta atención psicológica y se dan clases de murga. También, se llevan a cabo ollas populares, con mercadería que se compra en el Banco de Alimentos Rosario, con ayuda de la Municipalidad y la Provincia, para darle merienda a los chicos del barrio. “Los pibes vienen con hambre, las madres vienen a pedir porque no dan más", indicó Mónica y lamentó: "Se hacen dos ollas grandes de comida y no alcanza. El viernes pasado repartí 600 yogures y alfajores en menos de una hora".
"Ver a un hombre llorar porque no tiene trabajo te parte el alma, porque son más aguerridos y están acostumbrados a laburar fuerte, pero esta situación los derrumba. No saben qué hacer”, expresó Crespo y aseguró que el gobierno nacional no tiene "decisión política" para generar trabajo. “Las políticas del presidente son anular al que menos tiene, la gente que tenía un trabajo seguro está quedando en la calle. Si no existiéramos los movimientos sociales, esto habría estallado”, señaló.
La desocupación no sólo afecta a los rosarinos que perdieron su fuente laboral, sino también a los jóvenes que buscan proyectar su futuro a base de trabajo. “Hay pibes que tiran currículum y no tienen trabajo, se ponen mal; después decimos ‘mirá se fueron para la delincuencia, para la droga'”, aclaró.
"El que se queda pierde, yo siempre digo que somos el último peldaño para no caer en la tristeza total, hay un escalón mínimo entre salir a robar y laburar, y nosotros elegimos trabajar, eso nos diferencia de los políticos y de mucha gente que opina sin saber", concluyó.
En sintonía con Mónica, Victoria Clerici, de la Federación Argentina de Cartoneros y el CTEP, también observó la depresión que hay en los barrios populares.
"Hay unos niveles de angustia que son complicados, que afecta a los hombres de forma diferente a las mujeres, porque estas son las primeras en salir a enfrentar la situación y organizarse", comentó la militante social, en diálogo con Rosarioplus.com. "Percibimos un humor social, que obviamente es subjetivo, que en las clases populares se siente más porque tiene que ver con la supervivencia, tal vez, en la clase media se ve en el recorte de ciertas cosas".
Sobre la demanda de una fuente laboral que observa en los barrios rosarinos, la integrante de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular manifestó: “En líneas generales, nos están llegando pedidos de trabajo con un nivel de desesperación tremenda, se ofrecen para hacer cualquier cosa”.
“Vemos que hay más cirujeo, es decir, gente que saca cosas de la basura para el momento. Cartoneros también hay más, pero como hay menos material, porque cayó el consumo los sectores de clase media, se complica”, indicó.
Victoria remarcó que existe un "grupo histórico" de cartoneros, que reciclan desde que eran jóvenes, y "cuando la situación social se hace más desesperante, como en este momento, se suman más expulsados del sistema", que generan más competencia entre los recolectores.
"La demanda nos excede, no tenemos material para cubrir todas las necesidades, tanto barriales como individuales. Nosotros ofrecemos organizaciones, no tenemos planes o trabajo como mucha gente cree", lamentó Clerici y agregó: "Muchos compañeros se juntan para ir a ferias, para hacer panificación, los cartoneros para juntar más material, etc. De esta forma colectiva se puede zafar mejor de este panorama".
Los integrantes de la CTEP recorren a diario, y participan de las asambleas vecinales, de los barrios Alvear, Acindar, Empalme Graneros, Casiano Casos, La Cariñosa, entre otras zonas.
"Hay mucha angustia social, la gente se suma más porque hay soledad", volvió a señalar la referente de la Federación Argentina de Cartoneros y comentó: "Hay hechos de violencia, que están orientadas primero hacia las mujeres primero y a los niños después, que siempre estuvieron pero se afirman más en estos tiempos".