Se enteraron por la prensa, no los consultaron. Y discrepan de plano con el proyecto de la Municipalidad para su barrio; así lo hacen saber, empezando por el Concejo. Es el vecindario que habita en las 4 manzanas cercanas al Parque Independencia que el Ejecutivo local proyecta renovar a partir de la relocalización de la Unidad Penitenciaria N°3, la vieja cárcel conocida como “La Redonda”, en Zeballos al 2900.

Cuando la semana pasada el secretario de Obras Públicas municipal, Eduardo Bressán, presentó el proyecto de renovación urbana en 4 manzanas cercanas al Parque Independencia, dejó afuera a los vecinos de la zona a intervenir, la que comprende las calles Zeballos, Suipacha, Pellegrini y Ovidio Lagos. Por lo tanto, estos se agruparon y con una carta piden explicaciones al Concejo, al presidente de la comisión de Planeamiento, Fabricio Fiatti, concejal del bloque Arriba Rosario, que conduce el intendente Pablo Javkin.

"Son muchos los aspectos que debieran ser cuidados y que nadie nos ha preguntado a la hora de modificar nuestro barrio. Nos referimos a cuestiones puntuales, como por ejemplo qué piensan los numerosos vecinos (muchas de ellos son personas adultas mayores) que llevan toda la vida aquí y que de pronto se encontrarían con torres que, no sólo no respetan las reglamentaciones vigentes en relación a las máximas alturas permitidas por las ordenanzas municipales, sino que además serían un obstáculo visual y sobre todo en lo que se refiere a recibir luz natural en una zona que hemos escogido justamente por ser de casas bajas y que, por cierto, ya se ha modificado notablemente durante la última década", advierten en la nota enviada al parlamento municipal.

La intención de la Secretaría de Obras Públicas es la renovación edilicia de la zona, dominada por la penitenciaría pero también por viejos galpones municipales que serían reciclados con nuevos usos de gastronomía, deportes y cultura. Además, la sede del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) sería mudada a Francia al 1800, para emplazar donde está ahora (sobre Pellegrini y Suipacha) la futura Estación Policial Centro. Y en la manzana de la cárcel, un complejo de torres de vivienda y comercios. Dos, 3 y 4 pisos, y 4 torres de 66 metros de altura en el corazón de la manzana. El pasaje Noruega, que corre entre Zeballos y Montevideo al 3000, sería prolongado hasta Ovidio Lagos, pero restringido al tránsito vehicular. 

Suipacha al 1600: sede del Sies y galpones a reciclar.
Suipacha al 1600: sede del Sies y galpones a reciclar.

Todo esto choca con el parecer del vecindario: “¿Es necesario seguir dejando viviendas entre muros, en vez de pensar soluciones sostenibles y amables para quienes habitamos esta ciudad? Por otro lado, los edificios y galpones, que por cierto para muchos de nosotros representan patrimonio histórico, podrían ser demolidos. En ese caso, nos preocupa ser tenidos en cuenta durante el prolongado proceso que ello representaría (ruidos molestos, alteración de la circulación de vehículos, montañas de escombros y todo lo que una obra de semejante envergadura representa)”.

Por otra parte, postulan un rechazo absoluto a la presencia de la Estación Policial, la "mega comisaría", como ellos le llaman. "Si hay algo que no queremos, es que nos sigan llenando de dependencias policiales la zona. ¡Es decir, mudan la cárcel y a sólo cien metros se planifica la construcción de una mega comisaría! No queremos. Aunque no aloje población carcelaria, en una ciudad plagada de enfrentamientos, representaría un peligro para nuestras familias, así como para los y las ciudadanxs que tanto transitan la zona de camino desde o hacia el Parque Independencia".

Después de la cárcel: el proyecto municipal enoja al vecindario

"Es una obra cuya concreción impactaría directa y profundamente en nuestras viviendas, pero por, sobre todo, generaría un cambio importante en el ritmo del barrio", concluye la carta.

Vecinas consultadas por Rosario Plus denotaron el sentimiento colectivo en la zona: familias que la habitan desde hace décadas, muchas personas que nacieron allí y que conciben la vieja cárcel como una garantía de seguridad, y hasta de identidad en la zona. “No queremos esas torres de 22 pisos que hasta nos van a tapar el sol. Además, será un negocio para inmobiliarias, y no van a solucionar la falta de vivienda de gente de trabajo. Siempre es para los que tienen plata. Si mudan la cárcel, bueno hagan una escuela pública, un jardín de infantes, que eso sí es lo que falta en el barrio”, postularon.