El ecocidio y una potente multisectorial que puso el cuerpo

Los incendios forestales reportados en 2020, el 95% producidos por la acción humana y en un contexto de sequía prolongada, arruinaron más de un millón de hectáreas en distintas provincias de país. En la región el foco principal se dio en las islas del Delta, y los rosarinos sufrieron incontables noches por el humo que invadía las calles y los hogares.

Según el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) hubo un máximo de 14 provincias con incendios en simultáneo. Una sequía prolongada y el efecto que produce La Niña -que eleva la temperatura y hace que los períodos de lluvia sean menos frecuentes- hizo que más cantidad de pastizales se secaran con mayor rapidez y en más superficie, pero a ese factor se sumó uno determinante que también fue indomable: el accionar humano

La superficie estimada afectada por incendios reportados entre el 1 de enero y el 15 de diciembre fue de 1.080.846,98 hectáreas en todo el país. Las provincias más comprometidas fueron Córdoba y Entre Ríos (incluidas acá las islas frente a Rosario), mientras que la única que no presentó problemas de este tipo fue San Juan.

En Buenos Aires se quemaron 1.104 hectáreas; en Catamarca 31.219; en Chaco 85.000; en Chubut 6,263; en Córdoba 326.800; en Corrientes 7.876; en Entre Ríos 309.460; en Formosa 20.459; en Jujuy 37.240; en La Pampa 5.695; en La Rioja 2.396; en Mendoza 13.908; en Misiones 1.731; en Neuquén 15.540; en Río Negro 36.357; en Salta 71.869; en San Luis 47.642; en Santa Cruz 302; en Santa Fe 19058; en Santiago del Estero 29.532; en Tierra del Fuego 0,5; y en Tucumán 11.389.

Según el SNMF, hay causas naturales que producen el fuego, y la más común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas. No obstante, el 95 % de los incendios son por causas antrópicas, es decir por la acción humana y negligencia, como fogones mal apagados o fuegos intencionales para deforestar.

Una resistencia bien potente

Con el humo como parte habitual del paisaje urbano, y por la enorme demora en las respuestas oficiales que se extiende hasta estos días, nació en Rosario la Multisectorial por los Humedales, compuesta por ambientalistas, algunos referentes políticos y ciudadanos en general que se cargaron la mochila de hacer lo que el Estado no hacía. Aguantaron presiones y hostigamiento, y con sus acciones de protesta y prevención se convirtieron en héroes anónimos.

La antesala de la formación de la Multisectorial por los Humedales remite a un abrazo simbólico al río Paraná. Ese fue el germen de lo que se convertiría en un grupo “potente” como lo define Julia Vélez, una de sus integrantes.

“Luego de ese abrazo simbólico, con quemas alevosas y ya en una fecha rarísima, las propias organizaciones decidieron hacer un corte de una sola vía en la Ruta Nacional del Puente Rosario-Victoria. Fue una convocatoria rápida y llegó un montón de gente, algo impensado”, recordó Vélez en diálogo con Rosarioplus.com. Fue tanta la convocatoria que finalmente el corte fue más grande, impidiendo el paso en las dos manos de la traza, “y eso hizo ruido”. Sin embargo, como pasaría en otras intervenciones, ninguna autoridad se hizo presente. Ese mismo día, en una asamblea espontánea y masiva, se conformó la Multisectorial con todas las letras. Y no pararon.

Los cortes durante los fines de semana se hicieron casi un clásico, pero no fueron las únicas actividades. Se multiplicaron las asambleas y, por ejemplo, se juntaron casi 4 mil personas sobre el puente el 1 de agosto, Día de La Pachamama.

También, dos semanas después, hubo un cruce a suelo entrerriano. “Una unión de las dos orillas de más de 200 embarcaciones a remo que significó todo un hecho político”, recalcó la vocera.

Y como las respuestas no aparecían más que a cuentagotas, siguieron adelante. La última semana de agosto encontró a la Multisectorial casi en papel de bomberos. “El fuego llegaba muy cerca de la casa de un grupo de pescadores, no teníamos respuestas, entonces los autoconvocados decidimos ir al territorio a apagar el fuego con nuestras propias manos”, contó Vélez. Con donaciones consiguieron mochilas de agua, motobombas, combustible, palas y ropa adecuada. Agosto fue un mes determinante para la Multisectorial, “ya no solo nos preocupaba la flora y la fauna, también las personas que viven en las islas”, indicaron. Y entonces la red se expandió por distintas localidades de la región que padecen los mismos problemas y reclaman las mismas respuestas.

El fuego de las islas nunca terminó de irse. Entonces vinieron marchas por la ciudad y la respuesta de la sociedad fue muy buena. También hubo escraches a empresarios que hicieron (y hacen) uso y abuso de las tierras ubicadas en el Delta del Paraná, y un extenso acampe sobre el puente. 

La repercusión del accionar de la Multisectorial fue enorme y captó la atención internacional. “Eso fue muy potente, apuntando a la complicidad de los gobiernos y de los dueños de todo que miran para otro lado. Nos dimos cuenta de lo que podemos hacer, que nos podemos organizar para este tipo de acciones”, resumió Vélez.

La ley que no llega

Si bien fueron varios los legisladores que intentaron avanzar con sus proyectos de Ley de Humedales, la iniciativa no avanzó en el Congreso de la Nación. La Multisectorial continúa con su reclamo para que se garantice “el cuidado real de este ecosistema”. Ese fue y sigue siendo el pedido puntual.

“No queremos cualquier ley. Lo que puede garantizar el cuidado es legislar, y que no hay un vacío sobre las islas”, remarcaron.

En Rosario, el Concejo Municipal ayudó a dar visibilidad al problema con una sesión especial celebrada en la escuela de El Espinillo. Eso fue algo, pero lejos estuvo de llenar el vaso.

“Nuestros intentos de dialogo con el Estado siempre estuvieron, y la verdad es que tuvimos pocas respuestas. Terminó el 2020 y no tenemos ley ni vistas de una ley. Vendrá un nuevo año de muchas luchas y desafíos”, cerraron desde la Multisectorial. Y no van a aflojar.