El hombre que movió cielo y tierra por un niño renunció a su adopción
El país habló el año pasado de Kiki, un niño santafesino por el que una pareja enfrentó al Estado para constituirse como adoptantes. Ahora la Justicia otorgó la guarda preadoptiva a la mujer. Su compañero de entonces renunció a la adopción del niño porque, alegó, ya no está más en pareja.
La adopción de un niño santafesino, y los tironeos judiciales entre una pareja que lo acogió bajo el programa de familias solidarias y el Estado provincial hizo que el año pasado medio país opinara y tomara partido acerca de un asunto tan sensible como lo es la niñez en riesgo, la voluntad de quienes desean adoptar un hijo, la ley y el rol del Estado. Ahora una jueza otorgó finalmente la guarda preadoptiva del niño –Kiki, tal como se hizo famoso– a la mujer de aquella pareja que lo había criado durante más de una año, y con la condición de que también adopte de manera inseparable al hermano menor de Kiki. Todo eso, con una inesperada circunstancia: el hombre que había luchado por la tenencia del niño renunció a ello y desistió de toda acción judicial, debido a que ya no está más en pareja con la mujer.
La jueza del Tribunal Colegiado de Familia Nº 3 de Santa Fe, Susana Romero, otorgó la guarda con fines de adopción de Kiki –hoy de 5 años de edad– a Cristina Morla, de manera de priorizar "el interés superior de ambos hermanos", consideró la magistrada en alusión al niño y a S.H., su hermano menor. El criterio de la jueza fue asegurar que ambos consoliden su vínculo fraternal ahora que transitan la primera infancia, de manera de fortalecer esa relación. Y dispuso que quien quede a cargo de los niños sea Morla.
Kiki llegó a mediados de 2016 al hogar de Morla y de Sergio Gigliotti –un periodista santafesino quien por entonces era su pareja– en el marco del programa Familias Solidarias, del gobierno provincial, y por decisión judicial ya que la madre biológica tiene problemas psiquiátricos graves para el desarrollo de sus niños. La estadía era transitoria y debía durar 6 meses como máximo, mientras se resolviera el destino final del niño. Pero duró más de un año, y cuando la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia fue a retirar al niño en busca de revincularlo con su hermanito menor, a cargo de otra familia solidaria, Morla y Gigliotti se opusieron. Difundieron la situación a través de la prensa y apelaron en la Justicia para evitar que los separaran de Kiki. “El Estado se olvidó de Kiki durante dos años y se hizo presente sólo para dañarlo”, se quejó Sergio Gigliotti por entonces en alusión a la demora del Ejecutivo o de la Justicia en resolver, mientras el cariño del niño por la pareja crecía. "Para él, nosotros somos su papá y su mamá", remarcaban por febrero del año pasado.
Kiki fue entregado a otra familia solidaria en San Carlos. En esa ciudad estaba su hermanito bebé, pero al cuidado de una tercer familia solidaria.
Los Morla - Gigliotti batallaron en Tribunales y en los medios de comunicación durante meses hasta que en mayo la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial restituyó la guarda del niño hasta que se resolviera su adopción. Lo fundamentó en “el interés del menor” y criticó “la falta de diligencia” del gobierno provincial en los procesos de guarda, adopción y custodia.
Desde entonces, Gigliotti y Morla finalizaron la relación de pareja que los unía, y por esa razón el hombre decidió renunciar a la causa y al niño que, según había dicho, ya empezaba a decirle "papá".
La renuncia de Gigliotti sorprendió al interior de la causa, e incluso al interior de la Subsecretaría de Niñez. La jueza Romero estaba coordinando una reunión con los abogados de la pareja para acordar la futura guarda pre adoptiva cuando Gigliotti se presentó para comunicar su desestimiento. "Postuló su voluntad de renunciar y desistir de la acción en virtud de haber finalizado su relación convivencial" con Cristina Morla, consta en el dictamen.
La jueza siguió con su criterio, pero ya solo con la mujer. El Equipo Interdisciplinario del Poder Judicial que intervino en el caso "valoró de manera positiva el rol parental de Morla, su vinculación afectiva con" Kiki, aunque observó que el vínculo de la mujer con SH todavía debe construirse.
En el fallo observó la jueza que el pequeño "ocupa un lugar secundario en la actualidad familiar" y advirtió "marcadas diferencias hacia" Kiki, además de "escasez de recursos de los adultos para el fortalecimiento vincular y fraternal".
Por esa razón, el dictamen judicial "recomienda acompañamiento terapéutico" para que Morla construya y fortalezca su relación maternal con el hermano de Kiki.