El padre de Bocacha Orellano, un pescador que pide trabajar
Edgardo Orellano se hizo una cara conocida en el último año en Rosario contra su voluntad. Nunca lo quiso así, pero en febrero pasado su hijo Carlos –le decían Bocacha– fue a bailar a La Fluvial, pero acabó muerto en el río, luego de que los patovicas del boliche Mr. Ming lo golpearan con tanta saña como para ese trágico desenlace.
Desde el lunes, Orellano es uno de los pescadores que montan un piquete de protesta en la cabecera del enlace vial Rosario Victoria, contra la veda pesquera que el juez rosarino Luciano Carbajo impuso hasta el 31 de marzo.
Guarecido del sol bajo un sombrero de paja, y una huella digital argenta estampada en su remera negra, Edgardo se compadece de los conductores impedidos de transitar por causa de su protesta, pero también pone de relieve la difícil situación en la que una decisión judicial puso a unos 6000 pescadores santafesinos. Justo él, que de adversidades judiciales conoce mucho y ha tenido que aprender a los golpes en este último año.
"Esto seguirá así, la gente prisionera acá arriba, nosotros días y noche acá, desde el lunes estamos, y el gobierno no nos da una respuesta", le dijo Orellano al móvil de radio Sí 98.9.
El hombre se refirió al hecho de que hoy por hoy la pesca comercial y deportiva está habilitada de manera provisoria, debido a que el Estado santafesino apeló la medida cautelar impuesta por la Justicia.
"Yo se que la resolución no está firme porque fue apelada, por lo tanto no hay impedimento para pescar, pero el gobierno no se lo comunica a los pescadores. La gente está impaciente porque tiene miedo de salir a pescar y que le quiten las herramientas: lo único que tienen es la canoa, las redes y el motor. El gobierno no da ninguna señal de que pesquemos tranquilos mientras esto dure y vemos como se arregla", señaló quien sostiene a su familia con la venta de pescado y carnes en Empalme Graneros.
"Ayer vinieron de Promoción Social, pero no tienen nada que ver: no pedimos ni un bolsón de comida ni subsidios, solo que nos dejen trabajar. Estábamos trabajando tranquilos, en silencio, hasta que aparece este juez, otro más de esta Justicia santafesina que yo estoy cansado de pedir que se la intervenga, porque son todos mercenarios", despotricó.
"Lo que hizo este juez es ilegal, no es su jurisdicción. No puede dictaminar sobre la mitad del río. En las otras provincias se sigue pescando tranquilamente, menos acá. Es una medida discriminatoria que nos tira abajo, justo en un año que por la bajante y la pandemia no hubo ni pesca, ni venta tampoco", concluyó.