Hasta el Papa Francisco banca que el Colegio San José tenga alumnas
El tradicional establecimiento rosarino fue noticia esta semana por su decisión de aceptar alumnas mujeres por primera vez en 133 años de historia. Sólo quedan dos escuelas diferenciadas por sexo en Rosario, ambas pertenecientes al Opus Dei.
El 12 de septiembre de 2019, el Papa Francisco lanzó el llamado Pacto Educativo Global, una invitación a pensar sobre el modo en que se está construyendo el futuro del planeta en pos de hacer "madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora". Dentro de los siete compromisos fundamentales de la iniciativa, se destaca como “prioritario y estratégico” favorecer “la plena participación de las niñas y las jóvenes en la educación”. "La organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje", expresó el Sumo Pontífice en la encíclica “Fratelli Tutti”, publicada en 2020.
La postura oficial es fundamental para entender el proceso que en aquel mismo 2019 comenzaron varios colegios confesionales del país y el mundo, entre ellos el salesiano San José de Rosario, uno de los tres establecimientos educativos que hasta este ciclo lectivo mantenían la educación diferenciada por sexo en la ciudad.
Si bien la educación mixta forma parte del sistema argentino desde 1884, la educación diferenciada se mantuvo con fuerza dentro de la enseñanza tradicional por lo menos hasta mediados del siglo pasado. Y en algunas instituciones, más. Después de un largo proceso de trabajo y debate interno, con posturas dispares, el San José terminó decidió, hace apenas una semana, su definitiva apertura a la inscripción del alumnado femenino a partir de 2024, después de 133 años siendo exclusivamente para varones.
“No llegamos ni tarde ni temprano, llegamos en el momento en que la comunidad entera de la institución hizo su proceso. Estamos a tiempo”, dijo a RosarioPlus Mariano Gálvez, representante legal del colegio. Con esta determinación, encabezada por el padre director Ángel Leónidas Amaya y conversada, trabajada y debatida por todo el conjunto del instituto, compuesto por directivos, docentes, no docentes, personal de obra, trabajadores y familias, la escuela ingresa ahora en un proceso de inclusión que permitirá que a partir del año entrante ingresen alumnas mujeres al nivel inicial, avanzando progresivamente hacia la inclusión en todos los niveles en 2026 o 2027.
El colegio Inmaculada Concepción de la ciudad de Santa Fe atravesó el mismo proceso y alcanzó la misma definición en marzo de este año, dejando entre ambos así reducida a menos de una decena la lista de escuelas en la provincia de Santa Fe que todavía imparten la educación diferenciada. En Rosario, los únicos dos establecimientos que mantienen esta normativa son el N° 8239 "Los Arroyos" y el N° 8240 "Mirasoles", ambos pertenecientes al Opus Dei, bajo el ala de Apdes.
Si bien no son pocas las voces que aún defienden el esquema de educación diferenciada (el propio padre Amaya destacó en la carta de anuncio que el mismo "posee muchas virtudes"), lo cierto es que negarle a una niña o adolescente la posibilidad de formarse en el instituto que desea sí termina siendo restrictivo, como así también resulta una gran complicación para aquellas familias que no pueden llevar a sus hijos e hijas a la misma escuela, aspecto por el que ya habían existido reclamos.
“El San José es un colegio de mucha identidad, los que pasamos por ahí lo queremos, hay un sentido de pertenencia muy fuerte que no tiene que ver con el catolicismo sino con una identidad fuerte, densa, que tiene la escuela. Entonces, ¿por qué no podía acceder a eso una nena, por el solo hecho de ser de otro sexo biológico o de otro género? Me parece que hay que celebrar que ahora una niña pueda acceder a eso mismo si es que quiere, y que un montón de familias con hijos e hijas que veían vedada la posibilidad de que todos sus hijos e hijas fueran a la misma escuela, ahora la van a tener”, expresó a este medio Osvaldo Biaggiotti, delegado regional del Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe, ex director y ex estudiante del establecimiento.
“También hay otra cuestión que tiene que con lo académico. Se sabe que el San José es una formación técnica de excelencia, ¿por qué una adolescente no podía ser técnica electrónica, técnica en informática o técnica mecánica del San José, si así lo quería por la calidad de la formación? A partir de ahora va a tener esa chance”, reforzó.
Zona de confort
Como alumno, Biaggiotti vio a compañeros de primaria quedarse afuera de la secundaria “porque los padres estaban divorciados y no habían recibido los sacramentos”. Como director de la secundaria Nº 2043 entre 2010 y 2019, intentó dar la charla sobre la apertura a las mujeres, pero en un contexto de posturas mucho más divididas y de una balanza mucho más torcida que la actual. No obstante, el representante ministerial no adjudicó aquellas opiniones divididas a posturas religiosas, sino más bien a una cuestión de tradición y de comodidad.
Por un lado, reconoció que en los últimos 30 años el colegio San José se encuentra en un proceso de gran apertura y “hay chicos agnósticos, ateos, judíos o que profesan otra religión, hay chicos que no han sido bautizados; ha habido una renovación genuina de los ambientes eclesiales y especialmente de los salesianos, que si se quiere dentro del amplio concierto de la Iglesia Católica son mucho más abiertos y flexibles que otras expresiones del catolicismo”. Caída la barrera de lo ideológico, la principal interferencia para alcanzar este logro se debía, entonces, a una “zona de confort”, incluso entre los propios docentes.
"Aparecían argumentos falaces. Una mayoría de profesores se aferraba al hecho de que con varones solos es más fácil y ordenado que en las escuelas mixtas en donde daban clases (cuando en realidad eso obedecía a otros motivos), o la tradición de que los chicos juegan al fútbol (cuando las mujeres también lo hacen), o que no están preparados los baños (cuando es algo que requiere una inversión mínima). Eran argumentos que en realidad tenían que ver con cierta pereza de no animarse a dar el paso", desarrolló el ex alumno y ex director del San José, que reconoció como fundamental la aparición de una figura que abra el debate, como en este caso el padre Amaya.
Una fiesta salesiana
Otro ex estudiante que celebró la decisión del colegio es Martín Lucero, secretario general de Sadop, el sindicato que nuclea a las y los docentes de la educación privado. El sindicalista destacó que “es una línea que marca aguas” y que “va a ser un momento de fiesta y de alegría para la casa y para la familia salesiana”.
Lucero, quien también es docente y preceptor en la escuela, remarcó que la definición “se dio en los tiempos institucionales que se tenía que dar, después de procesos internos y demás”, sin que se haya “encontrado ningún tipo de resistencia”.
Desde el punto de vista sindical, el titular del gremio señaló que se tiene “una idea inclusiva y abierta de la educación”, por lo que estas “son buenas decisiones que se van tomando y que también llevan sus tiempos y sus procesos institucionales que hay que respetar”. Sí aclaró que si la decisión de no aceptar mujeres por parte de una escuela se aplicase a la contratación de personal docente, “sería terrible” e inaceptable.
Entre las posturas que recibían a favor de la exclusividad en el alumnado, los argumentos siempre apuntaban a que “había que tener dentro del sistema educativo ofertas diferenciadas” y que “esto no era la política general dentro de todo el sistema educativo, sino que estaba acotado a algunas pocas escuelas que tenían esa oferta”. Así también, en el pasado tampoco hubo una gran demanda de las familias por revertir la situación, algo que sí creció en los últimos años.
No obstante, de parte del alumnado y de la institución nunca existió una postura cerrada hacia la mujer, lo cual refuerza la teoría de que el proceso llevó su tiempo más por una cuestión de romper con las tradiciones que por motivos ideológicos. La condición de instituto privado y el respeto por sus procesos y condiciones también es importante, ya que al mismo tiempo, como comentó Osvaldo Biaggiotti, “en el ámbito de gestión pública sería impensable e insostenible” que exista una escuela hoy con educación diferenciada.
Proceso de inclusión
El colegio San José, ubicado en Presidente Roca al 150, pleno centro rosarino, es un complejo educativo que cuenta con dos escuelas secundarias, una primaria, un nivel inicial, un profesorado y un EEMPA. Concentra más de dos mil estudiantes y un equipo directivo de más de 15 personas.
El proceso de inserción de mujeres en el alumnado ya comenzó con la preinscripción para alumnos y alumnas al nivel inicial 2024 (salas de 4 y de 5), a la que ahora puede acceder una población prioritaria (hermanas de estudiantes e hijas de los trabajadores de la institución), mientras que la semana que viene se abrirá al público para completar vacantes, en caso de que aún las hubiese.
Como especificó el representante legal Mariano Gálvez a RosarioPlus.com, el primer paso se dará con el nivel inicial del año entrante, mientras que en los siguientes niveles se irá dando naturalmente por consecución, aunque existe la intención de acelerar el proceso. En 2025 podrían incorporarse alumnas para los grados de 2º a 5º además de 1º, apuntando a, entre 2026 y 2027, ya tener también alumnas en la secundaria, además de las primeras egresadas de la primaria. “Pero tenemos tiempo para ir definiéndolo y avisando con tiempo a las familias”, aclaró.
Gálvez destacó también el seguimiento que se hará para que la inserción se complete de la mejor manera posible: “Desde ya nosotros tenemos mucho seguimiento de las trayectorias individuales de los chicos, ya las tenemos ahora con el alumnado que tenemos, estamos muy atentos a todos los procesos. Y bueno, por supuesto esta va a ser una circunstancia más, una coyuntura más para tener en cuenta y para seguir, una circunstancia para nada menor. Por eso también vamos con calma y vamos viendo cómo se va acomodando la institución”. A esto se le suma el apoyo a disposición brindado tanto por el ministerio de Educación como por Sadop.