El ex combatiente de Malvinas Jorge Taranto acusó de censura a la Justicia Federal de Río
Grande, por no permitirle tomar contacto de forma virtual ni presencial con los soldados que lo
acusaron en el marco de una causa que enfrenta por supuestas torturas durante el conflicto bélico
con el Reino Unido en 1982. 

Sucede que la justicia federal le prohíbe difundir por sus redes sociales y medios de comunicación una serie de pruebas con las que pretende demostrar su inocencia y que se le armó  una causa a partir de falsas denuncias. 

El portal Infobae, reconstruyó el entramado de esta causa a partir de los innumerables testimonios que a lo largo de los años Taranto difunde en sus redes sociales, especialmente por su cuenta de X (ex Twitter) @jorgebaroni También se incluye el relato y las apreciaciones del defensor oficial Fernando Machado que lo asistió y Walter Weisswein el actual abogado a partir de la medida impuesta que atenta contra su libertad de expresión.

Uno de los primeros cuestionamientos de Taranto fue dirigido a la película Iluminados Por el Fuego, en la que el ex combatiente Edgardo Esteban fue uno de los guionistas y se basó en ese contenido para producir distintos programas. Uno de ellos fue una emisión radial en la que participaron 50 de sus compañeros. 

En las entrevistas que han quedado grabadas en esa emisión 27 de octubre del 2002, los soldados que dieron testimonio echan por tierra la versión que cuenta la película.

En 2007 Taranto se enteró por la televisión que Pablo Andrés Vassel -subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes y otro veterano de guerra recorrían distintos programas donde exhibían un video en donde el ex soldado Juan de la Cruz Martins lo acusaba de ser responsable de la muerte del soldado Remigio Fernández y de estaquear al cabo Héctor Manes. Tal como Taranto sostuvo siempre públicamente, en Malvinas tuvo a su cargo 5 suboficiales y 33 soldados que rondaban los 20 años, con los que regresó sanos y salvos al continente. Existía un detalle: Juan de la Cruz Martins no pertenecía a su fracción.

Taranto se presentó voluntariamente en los tribunales federales de Comodoro Py para que se investigase su actuación en Malvinas. Hubo un requerimiento fiscal si había cometido asesinatos o torturas desde que llegó a Malvinas hasta que regresó al continente.

En esa causa declararon sus verdaderos soldados, el jefe de la unidad, el médico y otros. El cabo Héctor Manes afirmó que nunca había sido estaqueado, que Taranto no era su jefe y que lo denunciaban por sus críticas a la película que había hecho en su programa de radio. Volvería a declarar lo mismo en la causa que se abriría en Río Grande.

El juez Ariel Lijo lo sobreseyó “por los hechos por los cuales fue imputado”, haciendo mención que el proceso no afectaba su buen nombre y honor.

Según indica el informe de Infobae, lo que Taranto desconocía es que en el XIX Congreso Provincial de Ex Soldados Combatientes de Malvinas de Corrientes, celebrado el 4 de marzo del 2006 en la localidad de 9 de Julio, Ernesto Alonso (fundador de un centro de ex combatientes) y Vassel instaron a los veteranos a denunciar a oficiales y suboficiales por malos tratos en Malvinas con la promesa de cobrar indemnizaciones similares a las víctimas de la dictadura.

El camino judicial

El peregrinar de Taranto por la justicia fue el siguiente: luego del sobreseimiento de Lijo, el primer fallo, también a favor, de la Cámara de Casación Penal fue el 13 de noviembre de 2009, fallo que la cámara de Comodoro Rivadavia acató el 22 de octubre del año siguiente.

Según indicó Infobae, el nuevo fiscal, Javier De Luca, solicitó reabrir la causa y la Cámara de Casación le recordó que ya era cosa juzgada y que había sentencia firme; en noviembre de 2011 se conoció el segundo fallo de Casación. Aun así en marzo de 2012 el fiscal recurrió a la Corte Suprema de Justicia que el 12 de mayo de 2015 confirmó el fallo de Casación.

El fiscal de Río Grande intentó nuevamente un requerimiento general y volvió a imputarlo, pero la Cámara de Comodoro Rivadavia resolvió el 18 de octubre de 2018 que “ninguna investigación podrá tramitarse o iniciarse con relación a los hechos que fueran objeto de la sentencia dictada por esta Cámara de Apelaciones”.

Sin embargo, la querella insistiría con la presentación de dos nuevos casos: el de los veteranos Edgardo Oscar Arnoldo y Rosendo Prado, ambos ya fallecidos. El primero nunca se cruzó a Taranto porque estaba en la compañía A del regimiento 5 y Taranto en la B, a kilómetros, mientras que Prado fue su radio operador y dormían en la misma carpa. Prado falleció de insuficiencia cardíaca y respiratoria años después. Su triste historia fue rescatada por el propio Taranto en el ciclo Zona de Investigación (2003), en el que desarrolló la problemática que vivían los veteranos. 

La causa sigue en trámite. El doctor Walter Weissewein explicó a Infobae que Taranto, no solo se ha convertido en la persona más sobreseída en la historia judicial argentina, sino que además no existe caso en la jurisprudencia de una persona que sea censurado por la justicia en la forma en que es objeto Taranto.